Angel-A

ES DIFÍCIL AMARSE A UNO MISMO CUANDO NO TE MUESTRAN LO QUE ES.

Esa frase enmarca una de las escenas de la película. Denota claramente lo que muchos de nosotros hemos tenido que enfrentar a lo largo de la vida cuando no nos otorgamos ese permiso de tener una mirada benevolente hacia nuestro interior, seguramente porque crecimos en un entorno que no favorecía dichas enseñanzas derivando con ello en normalizar el “acto fallido” diría la jerga psicoanalítica, es decir una vida accidentada, la dificultad, las carencias, la enfermedad, la repetición de patrones y se asume que de eso va la existencia,  pues no se conoce otra cosa, por eso y por otros motivos trajimos para ustedes esta bonita película que ya tiene sus años, pero muy vigente en sus ilustraciones.

André, un pobre diablo que sobrevive cometiendo pequeños delitos y que se encuentra endeudado al tope, decide tirarse al Río Sena para acabar con su sufrimiento, pero cuando se dispone a hacerlo ve que a su lado una bella mujer de nombre Ángela, que también se dispone a tirarse al agua. 

Cuando ésta cae, André se lanza sin pensarlo para salvarla, es entonces que los dos personajes comenzarán una relación de apoyo en la que descubrirán que la solución a los problemas muchas veces está en el lugar menos esperado.

La historia lleva como premisas el amor y la autoestima, elementos devaluados en la actualidad en el ser humano, muy oportuno rescatarlos. Él es un hombre sin autoestima, con un físico que le acompleja y con diversos problemas de integración en la sociedad. Ella es un ángel caído del cielo que tiene como misión rescatarlo, sanarlo y volver a hacer de él un hombre con ilusiones por cumplir para que ella también pueda “reparar” algo…

Con la cadenciosa narrativa que resalta en este filme se irá descubriendo.

En cierta forma, Angel – A, expone un drama universal que supone una actualización del cuento “La bella y la bestia”, pero aquí nos hallamos ante una versión distópica sugerente, no vista antes. 

Análisis: