¿Sabías que Carl Gustav Jung, médico y psicoanalista suizo se acercó a su propia locura para entender la de sus pacientes?
Jung nació en una familia de escasos recursos; su madre tenía una personalidad disociada que marcó profundamente al Dr. Jung, quien fue muy apegado a ella.
Durante su adolescencia y juventud fue un gran lector de la obra literaria de Goethe y Nietzsche; de este último, lo fascinó especialmente su obra: Así habló Zaratustra; describió su lectura como una experiencia conmocionante.
El quería ser arquitecto, pero por presión de sus padres estudió medicina. Al terminar la carrera ocupo un puesto como ayudante en la clínica psiquiátrica de Burgholzli durante tres años. Ahí inicio su interés por la psicología y escribió su tesis doctoral acerca de la psicología y patología de los llamados “fenómenos ocultos” con el profesor a Bleuler en facultad de medicina de la
Universidad de Zurich en 1902.
En 1900, cuando Freud escribió: La Interpretación de los Sueños, Jung se interesó en él y se convirtió en su discípulo, pero al contrario de Freud, Jung comenzó su carrera trabajando con pacientes psicóticos y a partir de estos desarrolló una perspectiva de tratamiento diferente, cuyo interés no era el diagnóstico.
Para Jung, la idea diagnóstica no ayudaba a comprender el origen de la locura. Su método fue acercarse a la realidad de sus pacientes, escuchándolos en sus mundos delirantes y adentrándose en sus propios delirios para comprenderlos.
Observó que sus pacientes más graves tenían un acercamiento al arte (pintura o escultura) en donde según El psicoanalista suizo, depositaban su locura.
Carl Jung dijo: “La creatividad puede devenir en locura o la locura en creatividad”.
Esto y muchas otras ideas propias lo llevaron a separarse de Sigmund Freud y fue entonces que Jung, en 1913, a sus 38 años, se sintió “amenazado por una psicosis”, según sus propias palabras.
Este fue el inicio del famoso Libro Rojo. Cada sueño era analizado por él y empezó a pintarlos, dibujarlos; decía que en la pintura encontraba un “poder sanador”.
La separación con Freud afectó profundamente a Jung. Su colapso nervioso fue consecuencia directa de la ruptura que lo amenazaba desde 1912; así, decidió renunciar a su puesto en la Universidad de Zürich.
Después de esto tuvo un periodo de muchos viajes alrededor del mundo estudiando las diferentes religiones, culturas, formas de pensamiento y de actuar del ser humano.
Escribió infinidad de libros en los que desarrolló su teoría individual entre otros temas.
La obra de Jung no cesó sino hasta el final de su vida.
Carl Gustav Jung murió en la tarde del 6 de junio de 1961, tras una de embolia; tenía 85 años de edad. Su legado dejó una gran enseñanza sobre las enfermedades mentales, introduciendo el arte como una forma de expresión para dichos padecimientos.
Y tú, ¿qué has hecho con tus locuras?