Psique y Cine: Con los ojos bien cerrados
Stanley Kubrick en su último trabajo cinematográfico, hace una reflexión sobre “deseo y fidelidad”, considerada una obra póstuma, ya que falleció unos días después de ver el corte definitivo, pero sin llegar a ver su obra estrenada, todo el rodaje resulta natural, fluido, elegante; todos los elementos casan con la sencillez que solo un maestro total puede conseguir. Como una orquesta que toca sin director, da la sensación de que Kubrick no hizo la película, sino que la película se hizo magistralmente.
Tom Cruise personifica a un exitoso médico cirujano en la ciudad de Nueva York, que, por una serie de circunstancias y perturbadoras casualidades, asiste a una tertulia clandestina en una mansión. Dicha reunión no es otra cosa que una gran orgia refinada y barroca, donde los asistentes visten de gala, con esmóquines y capas, ocultando su identidad con máscaras venecianas. Ya en la celebración una mujer le advierte que corre peligro y tan pronto como se percatan de su presencia inoportuna, lo invitan a retirarse y le piden -en términos poco amables- que no se meta donde no le requieren o lo pagará caro. Los inquietantes sucesos posteriores, llevan al protagonista a indagar en el asunto, hecho que al parecer no agrada a la organización y da inicio un acoso sutil, que le va generando poco a poco angustia.
A través de una película con más de veinte años de estrenada, recordamos la habilidad de Kubrick, de generar atmósferas densas, inquietantes y casi insoportables, en donde la música clásica (el vals No. 2 de Shostakovich) se emplea magistralmente y con una simple nota desafinada, nos puede hacer estremecer, siendo capaz de generar sensaciones eróticas, en un ambiente de elegancia y sexo duro, donde el protagonista, movido por una revelación inesperada de su esposa (Nicole Kidman), se sumerge en un mundo extraño y provocativo.
Al final, de todo el ambiente de tensión, miedo y de una constante amenaza al joven cirujano, se pierde esa sensación ya que uno de los miembros de la organización secreta, trata de convencerlo, de que lo sucedido, solo fue un áspero malentendido, que surgió de una broma pesada, donde coincidieron una serie de casualidades y un montaje realizado para una supuesta película. Pensando que todo fue una fantasía macabra que se ha imaginado Tom Cruise, las piezas se acomodaron, pero más bien parece que los organizadores movieron sus influencias para que todo coincida, dejándolo sin argumentos, pero no muy convencido.
Convenientemente, “cierra bien los ojos” para consentir la versión que los poderosos organizadores le preparan, aceptando que se lo ha imaginado todo, optando por lo más prudente; lo que me invita a parafrasear a Kubrick “Nunca, jamás, te acerques al poder; y no seas amigo de alguien con verdadero poder, es peligroso”.
La película, además del Sexo Duro, el Deseo y la Fidelidad, incursiona en otros temas muy controvertidos, tales como el poder de los Grupos Elitistas, las Sociedades Secretas, los Rituales Satánicos, el Poder y la Influencia del Dinero para ejercer una Sexualidad digna de los libros del Marques de Sade o algo parecido; resaltando la fragilidad de un hombre exitoso, que a partir de una Fantasía Sexual que le comenta su esposa, sobre abandonarlo para tener una noche de placer con un oficial de la Marina, al que vio por primera vez, es sacudido y en forma desconcertada, vaga por Nueva York y comienza esta aventura.
Ficha técnica
Título original:
Eyes wide shut
Año:
1999
País:
Estados Unidos
Dirección:
Stanley Kubrick
Reparto:
Tom Cruise y Nicole Kidman.
Género:
Drama.