
El escepticismo es quizá una de las corrientes filosóficas mas importantes para occidente, ya que, sus nociones, métodos y conceptos han logran obtener una participación importe en diferentes países a lo largo de la historia, así, como, ha logrado incidir en los ámbitos de la epistemología, la política, la medicina y la ética. Es por ello, que, valdría la pena reflexionar en torno a las derivaciones que se han generado en la filosofía, y, la influencia que tiene para la psicología.
Dado lo anterior mencionado, el presente trabajo tiene como objetivo brindar un pequeño recorrido por esa historia del escepticismo que se despliega a partir de Pirrón de Elis en el siglo IV a.c. y que llegaría hasta la posmodernidad (siglo XXI) con autores como Derrida, Foucault y Lyotard.
Ahora bien, podríamos entender y situar los comienzos del escepticismo con tres aspectos en la vida de Pirrón que que ayudaron a la creación de dicha corriente filosófica.
- La primera cuestión estaría vinculada con sus viajes y encuentros culturales, ya que este personaje pudo acompañar a Alejandro Magno en sus expediciones por oriente, lo cual contrastar y conocer las ideas y nociones del mundo helénico en que creció con la de los magos persas y los gimnosofistas indios. Los cuales influyeron en la idea de la suspensión del juicio (epojé) y la búsqueda de la paz interior, que colindaba mucho con el concepto de la ataraxia griega.
- Como segundo punto de influencia, estarían las filosofías helénicas y los sofistas que se desarrollaban en el mismo contexto, como los atomistas de Demócrito, los cuales buscaban esa realidad última detrás de las apariencias a través de conceptos fiscalistas, y, los discursos de los sofistas que destacaban el papel relativo del conocimiento y la percepción, sobre todo enfocados al conocimiento, la retórica y la persuasión.
- Y, por último, hipotetizando sobre su vida, las contradicciones, incertidumbres, imposibilidades e introspecciones que enfrenta todo ser humano, y que en su caso lo llevaron a buscar la paz en medio de todo ese caos.
Ahora bien, con lo anterior expuesto podríamos decir que a través de Pirrón surgen así un modo de ser con base en la simplicidad y el desapego, contemplativo, que busca la ataraxia (imperturbabilidad del espíritu) mediante el método de la epojé (suspensión del juicio). Ya que, concibe a las apariencias y creencias (Phenomena) que hacemos de la naturaleza como contradictorias y engañosa, aporéticas (con argumentos opuestos con igualdad de fuerza y verdad) y que nos llevan así al error y la angustia. Para esto, para evitar el dogmatismo y los malestares que genera, es que busca siempre el suscitar estos juicios opuestos con igual validez (Isostheneia) así como corroer con la duda, el cuestionamiento y la exposición de incongruencias (Elenchos).
“El escéptico desea purgar la vida de todo compromiso cognitivo y toda creencia, y con intencionalidad práctica: liberarse de la inquietud. «Nadie había sugerido antes que el escepticismo pudiera sentar la base de una teoría moral. Esta fue la innovación de Pirrón, mas en la búsqueda de los medios para alcanzar esta serenidad mental, está en la misma línea de Epícuro y los estoicos». Quien acude a los escépticos lo primero que aprende es el ejemplo de la vida de Pirrón (Mas Torres, 2003: Pp 236).”
Derivación del escepticismo en la filosofía
Tras haber visto un poco de la génesis del escepticismo y conocer en general algunas de sus concepciones mas importantes, sería el turno de pasar ahora a la derivación que tuvo con relación a las corrientes filosóficas posteriores y los aspectos teóricos que impactaron o fueron reformados.
El primer caso que sobresale sería el de Sexto Empírico, médico de Alejandría del siglo II d.C., el cual sistematizó el escepticismo pirrónico desarrollando más los principios escépticos (epojé, fenómeno, aporía, ataraxia y la isostheneia) y le dio a los argumentos una forma más estructurada, centrándose así más en la práctica de vida y la actitud filosófica que en la refutación dogmática. Por esta razón, construyó una dialéctica centrada en la isosthenia, el equilibrio de los argumentos, la duda a base de suscitar aporías y la epojé para deshacerse del dogmatismo, lo que conduce a una apreciación más profunda de la experiencia y la suspensión del juicio. Así, la epojé se mantiene como el destino final de toda la dialéctica, buscando la tranquilidad mental y la imparcialidad en la valoración de las creencias.
“Sexto encuentra un paralelo entre esta actitud y los fármacos catárticos que aplicados a las enfermedades (el dogmatismo), no sólo expulsan del cuerpo la dolencia, sino que también son arrojados ellos mismos por igual procedimiento. La propuesta escéptica es bastante novedosa. Las fórmulas escépticas al suprimir toda certeza no tienen más remedio, si quieren ser consecuentes, que suprimirse a sí mismas. La estrategia de Sexto consiste en aceptar como necesidad argumentativa la auto-refutación de sus argumentos y así como no es imposible para un hombre utilizar una escalera y después de ascender por ella echarla abajo, tampoco es imposible utilizar unos argumentos para destruir al dogmatismo, no procediendo arbitrariamente sino dialécticamente, y destruir, posteriormente, los argumentos mismos (Alcalá, 2005: Pp 49)”.
En segundo lugar, dando un salto hasta la escocia del siglo XIII y como parte de la corriente empirista tendríamos al filósofo David Hume, el cual, aunque no retomó métodos y conceptos como la epojé, la ataraxia y la isostheneia, sí, se centró, en un análisis criticó de conceptos como la causalidad, la inducción y la imposibilidad de los juicios a priori, dado que su crítica más fuerte posiciona al conocimiento con base en la repetición y el hábito, generando así solo una explicación que se suscita por la repetición de una experiencia y una creencia, más no en una certeza racional.
“La aproximación con Hume parece más fructífera, pues ya no se trata, por así decirlo, de una subjetividad substancial. Si bien el proyecto es de la misma intención que el de Descartes, los resultados son muy distintos -incluso incompatibles, así lo pretende Hume. Se trata, en cierto sentido que será preciso esclarecer, de un análisis crítico a un dogmatismo radical, análisis que se traduce en una reinterpretación que limita el alcance del conocimiento y, en esa medida, desemboca en resultados que, con la noción de creencia, se asemeja a lo que proponían los académicos. Pero hay una diferencia importante, que separa a los académicos no sólo de Descartes sino también de Hume y que expresa otra característica original de la filosofía moderna: si los escépticos académicos llegan a una subjetividad plenamente delineada con la doctrina del probabilismo, los modernos parten de ella en tanto, por así decirlo, tribunal de la razón. De cualquier modo, nos parece, en principio, correcto afirmar que el escepticismo académico esboza una figura de subjetividad que, con Hume, se presentará como una opción crítica frente al cartesianismo (Bolzani, 2016)”.
En un tercer momento, tendríamos ahora en Norte América, entre los años 1842 y 1910, al filósofo y psicólogo William James, el cual fue de los principales precursores del pragmatismo, y se enfocó en los estudios para en una concepción de la verdad dividida en perspectivas, así como en la utilidad práctica del conocimiento y su posición ante la incertidumbre. Por ello, su pragmatismo colinda y retoma puntos importantes del escepticismo y el empirismo, sobre todo al concebir una medición de la verdad de las ideas y las creencias en torno a su utilidad práctica y en la experiencia.
“Lo esencial que ha dicho Peirce, en efecto, es que la prueba última del significado para nosotros de una verdad es la conducta que dicta o inspira. Ahora bien, añade James, inspira esa conducta porque anteriormente ha indicado una cierta orientación hacia nuestra experiencia, que reclamará precisamente de nosotros esa conducta. Peirce, en ese sentido, interpretó su máxima en un sentido de tendencia a defender el realismo escolástico, la realidad activa de los términos generales. Su autointerpretación, pues, fue en términos de generalidad. Pero James acentúa justamente el lado opuesto de la cuestión: la máxima pragmática, entonces, enseñaría que el significado de toda proposición filosófica seria puede siempre concretarse en cualquier experiencia particular en nuestra futura experiencia práctica, radicando toda la importancia del asunto no en que la experiencia sea activa o pasiva, sino en el hecho de que sea particular (González, 2012: Pp 83)”.

Como cuarto caso, tocaría ahora hablar del filósofo y filólogo alemán Friedrich Nietzsche (1844 -1900), el cual abordo una amplia crítica al dogmatismo, argumentando que la razón es tan solo una de las muchas herramientas que posee el hombre, y que generalmente está impregnada de prejuicios y valoraciones, profundizando así, más en las creencias y motivaciones humanas, resaltando como los deseos, los instintos y las voluntades influyen en nuestras concepciones y por ende en la verdad y la moral. Por esta razón, podríamos decir que Nietzsche, también, entraría en este recorrido de las derivaciones del escepticismo al reconocer las contingencias y el papel de las construcciones sociales en la construcción de las creencias y el conocimiento, para abogar por una revalorización activa, la creación de nuevos valores y el poder apoyarnos en otras formas, métodos y técnicas a parte de la razón, en su caso, resaltando el papel de la estética en la vida, ya que la experiencia puede ser la base para la creatividad, o lo que es decir convertir la vida en una obra de arte.
“Dice Nietzsche: La más extrema desconfianza frente al intelecto entendido en cuanto herramienta de las pulsiones: el aborto de la soberbia es el escepticismo” (Nietzsche, 2008, p. 609 [eKGWB/NF-1880, 6(31)]). Llama la atención el uso de la noción de escepticismo en lugar de experimental. En otro texto, el pensador alemán cita una vez más la expresión. El escéptico, según Nietzsche, no evoca una actitud de duda hacia sí mismo o de lo conocido, sino que pone en tela de juicio el hecho de afirmar que se consiguió cuanto se proponía. ¿Un tipo de escepticismo distinto y del que se desprenda enseñanzas “positivas”? En el siguiente fragmento, Nietzsche usa el concepto experimental y adiciona, para nada mencionado hasta el momento, el de ensayo (Choque, 2021: Pp119).”
En quinto lugar, tocaría al filósofo de la ciencia y politólogo Karl R. Popper (1902 -1994), el cual aunque no comparte el criterio de verdad en relación al sentido práctico, si comparte la idea de que las teorías científicas deben ser útiles a la hora de brindar explicaciones, por lo cual deben ser capaces de resistir el criterio de la falsación, o, lo que es decir, el mantener supuestos y explicaciones que puedan ser comprobables por la experimentación y la observación, y no sólo conserven su valor por su lógica o retórica, llegando así a reconocer la falibilidad del conocimiento humano y la necesidad de un enfoque crítico y pluralista de la ciencia.
“Los ensayos y conferencias que componen este libro son variaciones de un mismo tema simple: la tesis de que podemos aprender de nuestros errores. En ellos se expone una teoría acerca del conocimiento y de su desarrollo. Es una teoría de la razón que asigna a los argumentos racionales el papel modesto pero importante de criticar nuestros intentos, con frecuencia errados, por resolver nuestros problemas. Es también una teoría de la experiencia que asigna a nuestras observaciones el papel igualmente modesto y casi igualmente importante de constituir tests que puedan ayudamos a descubrir nuestros errores. Si bien destaca nuestra falibilidad, no se resigna al escepticismo, pues, al mismo tiempo, destaca el hecho de que el conocimiento puede incrementarse y que la ciencia puede progresar, justamente porque aprendemos de nuestros errores (Popper, 1983: Pp13).”
También, en este recorrido histórico por los derivados del escepticismo, podríamos incluir en sexta posición al filósofo Edmund Husserl (1859 – 1838), creador de la fenomenología, ya que en el podemos encontrar una crítica al dogmatismo y al naturalismo. Como parte de su método hay una epojé, aunque esta a diferencia de la pirrónica busca la claridad y precisión, para generar una descripción de la experiencia, relacionándolo así con su concepto de reducción fenomenológica, el cual se centra en estudiar e intentar comprender las esencias puras de los fenómenos, o, lo que, es decir, como estos se manifiestan en la conciencia. Resaltando que para Husserl la fenomenología, a diferencia del escepticismo, si permite generar un conocimiento con base en la experiencia directa y la intuición eidética, apoyándose así en la ciencia naturales y la psicología empírica para su descripción.
“Con la epojé fenomenológica el sujeto se gana a mí mismo como subjetividad que, en parte, autodefine su mirar en función de sus proyectos, de sus procesos transformadores. Puedo entonces imaginar e imaginarme más allá del aquí y del ahora. Estoy frente a mí mismo como “subjetividad trascendental”. A esto le llama Husserl “yo puro”, cuyo ser y cuyo mirar no se confunde con el mundo, ya que el mundo mismo se ha puesto en cuestión (Bolio, 2013: Pp 25).»
Y, por último, en el siglo XX, tendríamos a los filósofos posmodernos Jaques Derrida con su crítica a la metafísica occidental y el logocentrismo, cuestionando a través de la deconstrucción la posibilidad de una verdad estable y la capacidad del lenguaje para representarla, abogando así por la multiplicidad de interpretaciones posible. Al filósofo Michel Foucault, el cual mediante la genealogía analizó como el poder y el saber están entrelazados y en conjunto determinan lo que es considerado como conocimiento válido en una determinada época y contexto. Y, al filosofó Jean- Francois Lyotard, que resaltó la ausencia en la posmodernidad de un metarelato que proporcione un fundamento unificado para el conocimiento y la verdad, ya que en su lugar hay multiplicidad de juegos del lenguaje y micro-narrativas.
“La Posmodernidad, en contraste con la Modernidad, se caracteriza por las siguientes notas: nihilismo y escepticismo, reivindicación de lo plural y lo particular, deconstrucción, relación entre hombres y cosas cada vez más mediatizada, lo que implica una desmaterialización de la realidad (Lyotard) (Rocca, 2011: Pp 15).”
La influencia del escepticismo en la psicología
Tras haber pasado por un breve recorrido de las derivaciones que ha tenido el escepticismo en la filosofía occidental, podríamos pasar ahora a la influencia que este, junto con las filosofías que impacto, ha tenido para los principales precursores de las corrientes psicológicas.
1.- Para el médico, fisiólogo y psicólogo Wilhelm Wundt (1832 -1920), primer precursor de la psicología experimental o científica, el escepticismo y sus derivaciones influyeron a la hora de construir su introspección controlada, método un tanto parecido a la epojé, así como, su empirismo metodológico, lo cual le permitió tener su base teórica con relación a la observación empírica y la experimentación.
“Es claro que su anti-inductivismo generalizado llevó a Wundt a ser escéptico sobre el valor de los métodos puramente descriptivos. En su primer trabajo “Las tareas de la psicología experimental” publicado en 1882, cuando su laboratorio estaba encaminándose, él expresa este escepticismo: «La descripción más exacta de un campo de fenómenos mantiene oculta su conexión si no conduce a una hipótesis explicitaría desde la cual puedan ser derivados los hechos individuales» (Wundt 1906, p 206 citado en Danzinger, 1980)”.
2.- En el caso del médico alemán Sigmund Freud (1856-1939) padre del psicoanálisis, la crítica de Hume a la causalidad y su énfasis en la experiencia fueron de importante relevancia, ya que su método de análisis del inconsciente puede manifestar una pequeña suspensión del juicio para así poder buscar múltiples interpretaciones y evitar conclusiones rápidas y permanentes.
“Aún en aquellos “ensayos” que, como tales, pareciera que podrían reproducir en gran medida la lógica o tendencia del inconsciente a mostrarse en lo dicho, aún en estos casos, como decimos, prefiere mostrarse Freud especialmente cauteloso, en ocasiones escéptico (por ejemplo en el inicio de Más allá del principio del placer [1920: 2508]). En este sentido, parece lícito considerar al escepticismo como un valor filosófico freudiano, y al discurso analítico en la continuación de la tradición filosófica escéptica (Gómez, 2021: Pp 189).”
3.- Y, para él psicólogo B. F. Skinner (1904 -1990) creador del conductismo operante, la idea de la falsasion de Karl R. Popper influyó mucho, haciendo que su metodología se basara en la observación empírica y la verificación experimental, evitando las especulaciones. Y, de William James, tomó el enfocarse en los efectos prácticos de la conducta, así como la respuesta del entorno.
“Por la palabra supuestos se debe entender los términos, vocablos o voces con los que han sido designados los principios que indican movimiento y/o quietud (escepticismo, subjetivismo, relativismo, pragmatismo, dogmatismo y criticismo), orden y/o desorden (racionalismo, empirismo, intelectualismo y apriorismo), determinismo y/o indeterminismo (objetivismo, subjetivismo y dialéctica), existencia y/o inexistencia (realismo, idealismo y fenomenalismo), dualidad, unidad o diversidad (dualismo, monismo y pluralismo) que permiten construir un conocimiento de la realidad de tipo racional y/o sensual con conceptos y criterios de verdad inmanentes y/o trascendentes y con los que se intenta solucionar los grandes problemas del conocimiento (Bedolla, 2021).”
Conclusión
A manera de conclusión, podríamos decir que el escepticismo griego que nace con Pirrón en la antigüedad ha sido de importancia para la construcción de algunas de las principales filosofías y psicologías occidentales, en ocasiones apareciendo como aliado e influencia, y en otras como teoría detractora o a considerar. De esta manera, siempre que en occidente nos enfrentamos al dogmatismo, a la metafísica, a la epistemología y ontología que tiene su centro en concepciones como la certeza y verdad, siempre que se descuida la practicidad y el momento presente, el escepticismo, ya sea a través de la epojé o las técnicas y método similares que derivaron, así como, la adopción de una actitud de crítica frente a las afirmaciones dogmáticas, se presenta como un recurso ineludible a la hora de considerar las opciones para deconstruir, transformas o simplemente abandonar y cambiar de ideas, nociones o teorías. Por esta razón estudiar las influencias que ha tenido, saber lo que sea ha tomado, cambiado o descartado, resulta importante, ya que el escepticismo es un telón de fondo que aparece en la historia del pensamiento occidental, desde Sexto Empírico hasta Derrida y Foucault, y que ha influido en los principales precursores de las corrientes psicológicas como Wundt, Freud y Skinner.

Bibliografía:
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