¿Por qué ser docente?

De acuerdo con cifras del INEGI, México cuenta aproximadamente con 1.8 millones de docentes, impartiendo clases desde nivel preescolar hasta posgrados.
Resultaría interesante conocer los motivos que tuvieron para elegir el ejercicio de la docencia, pues en este sector se escucha con frecuencia la palabra vocación, que es justamente la razón que predomina en el ámbito educativo, pero en muchos casos, otras razones conllevan a trabajar en esta profesión porque no hubo otras opciones, en cualquier caso, la docencia requiere de esfuerzo y dedicación.
Como en cualquier sector laboral, en las escuelas hallamos personal con cansancio y frustración, porque precisamente no hay vocación, y es que ésta no es un objetivo para cumplir, la vocación es un deseo personal, que permite realizar actividades encontrando siempre una motivación en ellas, por ejemplo, profesores que realizan su labor con pasión y entrega, que motivan a sus estudiantes a despertar curiosidades y a investigar, logrando incluso trascender en ellos.
La docencia no se centra únicamente en estar frente a un grupo exponiendo ideas, no es enviar tareas y repetir cada tema con diferentes grupos; un docente, dedica tiempo para planear clases, evaluar evidencias, crear materiales que deben resultar tanto útiles como novedosos, participar en juntas administrativas, observar alumnos y determinar cuáles de ellos aprenderán de manera diferente, atender solicitudes de padres de familia, solucionar situaciones que puedan interferir en el aprendizaje el alumno, actualizarse constantemente pedagógica y tecnológicamente, etc.
El cuestionamiento sigue siendo ¿por qué ser docente, qué nos motiva a elegir esta carrera?
Desde el punto de vista psicoanalítico, la personalidad y el deseo sublimado, guían al individuo a elegir sus actividades; el docente entonces, desde sus deseos sublimados, se resiste a entrar a la adultez; otros se motivan por tener el rol de la figura paterna o materna, y así, retribuir a sí mismo las carencias emocionales de su infancia, tratando a sus alumnos desde las vivencias de su propio niño.
Ser docente significa entonces, ser aquel que con deseos y pulsiones, eligió el aula para realizar una tarea difícil: ENSEÑAR, y ¿por qué es tan difícil enseñar?, porque en el proceso enseñanza aprendizaje, el docente debe permitir que se aprenda, aprendiendo a su vez a un ritmo más acelerado.
Concluyo esta reseña citando a Freud, quien en “El interés por el psicoanálisis” (1913), menciona:
“El gran interés de la pedagogía por el psicoanálisis descansa en una tesis que se ha vuelto evidente. Sólo puede ser educador quien es capaz de compenetrarse por empatía con el alma infantil”