Psique y cine: Días de vino y rosas
Días de vino y rosas, es una película estadounidense filmada en San Francisco, California, en 1962, que aborda conmovedoramente el difícil tema del alcoholismo.
Joe Clay, es un exitoso publirrelacionista, quien debido a su importante posición en la empresa donde labora, constantemente se encuentra en juntas, reuniones, cócteles, comidas, cenas, etc; eventos en los que le ha sido inevitable crear una estrecha relación con el alcohol, sin embargo, Joe no se preocupa demasiado ya que se concibe como un bebedor social que puede controlar el consumo.
Durante una fiesta, Clay conoce a Kirsten, quien trabaja como secretaria, una joven seria y formada dentro de una familia estricta, huérfana de madre y vive con su padre. Se le observa siempre solitaria y callada, siempre comiendo barras de chocolate en exceso. La chica se da cuenta de la forma en que Joe bebe, por lo que decide tomar distancia con él, sin embargo, termina por simpatizarle y empiezan un noviazgo en el que ambos disfrutaban pasar tiempo juntos, complementando sus soledades y carencias afectivas.
Kirsten, tiene su primera experiencia con el alcohol cuando Joe le ofrece una bebida con chocolate, desde entonces beber sería también para ella una práctica común.
Sin recapacitar en un verdadero enamoramiento, pero bien complementados en un mutuo gusto por el alcohol, deciden casarse. En medio de una vida cómoda, tienen una hija, pero la bebida era tan importante o incluso más que la convivencia con su pequeña.
La historia sigue su curso, destapando la severa adicción de ambos, pero mostrando también, que el vínculo que los mantenía unidos no era su hija, sino el alcohol; pues se observa un alejamiento en los esposos, cuando Kirsten bebiendo, deja un cigarrillo encendido y a su bebé durmiendo, entonces su casa se incendia, al mismo tiempo, Joe pierde el trabajo, entran en una etapa de decadencia, pero el alcohol no pierde protagonismo en sus vidas, hasta que Clay toca fondo y se siente perdido, por lo que se decide a pedir ayuda en un grupo AA, situación que a su esposa le molesta y no pasó por alto, así que decide abandonar a su familia, negándose a recibir ayuda.
Joe, tiene algunas recaídas, pero al final logra mantenerse alejado de lo que ahora consideraba su peor enemigo, cuidando de su hija, trabajando, empezando de nuevo y con una culpa que lo atormentará siempre, pues no olvida que él fue quien introdujo a Kirsten al mundo del alcoholismo, ella sale de su casa para no regresar jamás.
Freud, en El malestar de la cultura (1930), escribe que el ser humano siempre será motivado a buscar la felicidad; y define como “quitapenas” a todas las sustancias que permitan soportar el displacer, ofreciendo un escenario que le permita al sujeto evadir la realidad que le aqueja.
Actualmente, el alcoholismo, es una de las principales causas de muerte en nuestro país, (y en el mundo). Es preocupante la manera acelerada en que aumenta y más preocupante aún que adolescentes e incluso niños, comienzan a beber desde edades más tempranas, considerándose también bebedores sociales.
El alcohol, permite desinhibirse, fantasear, ocultar la tristeza e ilusionar la felicidad, creando así una relación que vincula al sujeto con un sentimiento de goce momentáneo, relajando los estados de angustia y no permitiendo manifestar el verdadero deseo.
Ficha técnica
Título original:
Days of Wine and Roses
Año:
1962
País:
Estados Unidos
Dirección:
Blake Edwards
Reparto:
Jack Lemmon, Lee Remick, Jack Klugman, Charles Bickford, Alan Hewitt, Jack Albertson y Tom Palmer.
Género:
Drama