Psique y Cine: El precio del mañana
Will Salas (Justin Timberlake) protagoniza al personaje principal en un filme de ciencia ficción (que de ficción no tiene nada), en donde nos encontramos con un futuro distópico, un lugar en donde la gente vive al día (literalmente), puesto que la moneda de cambio ha dejado de ser el dinero, para convertirse en “tiempo de vida”, por lo que el trabajo productivo otorga más horas y minutos de vida como recompensa por la jornada laboral. Al mismo tiempo, los avances científicos han logrado encontrar una cura al envejecimiento, y por ende el fin a la muerte por causas orgánicas. El cuerpo que tengas al cumplir 25 años de edad permanecerá igual por el resto de tu vida.
Lo anterior plantea una serie de dilemas y cuestiones que atraviesan la propia esencial del ser humano… si las personas pudieran vivir para siempre, ¿Cambiaría la forma en que nos relacionamos con los demás?, ¿existiría la empatía dentro de un sistema equitativo para que la “vida eterna” sea accesible para todos?, ¿qué significado tendría la propia vida sin la muerte?
En una época futura, la sociedad ha alcanzado la cumbre de avances médicos al lograr revertir el proceso natural de la muerte. Debido a lo anterior, el sistema económico capitalizado a través de la moneda como medio de intercambio ha dejado de existir, ahora, las personas nacen con un “reloj” virtual, el cual es proyectado en el brazo el individuo, marcando así su tiempo restante de vida.
Al cumplir los 25 años de edad, este reloj interno se activa de manera automática, delimitando de esta manera dos procesos importantes: 1 el inicio de una cuenta regresiva de “tiempo de vida”, el cual puede aumentarse a través del pago salarial en un trabajo, y 2, el cuerpo que posees no tendrá cambios de envejecimiento, por lo que permanecerá inmutable.
La moneda de intercambio ahora es tiempo de vida (literalmente). Para obtener alimentos, acceso a transporte o bienes, deberás pagar con alguna cantidad de tiempo de vida que poseas. Esta será proporcional al servicio que desees obtener, de manera que puedes con minutos, horas, días o años, los cuales serán restados de tu tiempo a fin de obtener lo que deseas.
La sociedad ha sido reestructurada en territorios fronterizos, o “Zonas de tiempo”, que ejercen la función de prevalecer los distintos estratos sociales a través de la segmentación de Zonas por poder adquisitivo. Para acceder a una Zona de mejor calidad de vida, deberás pagar una cuota de proporcional que aumenta su costo dependiendo del poder adquisitivo de los habitantes a la Zona que deseas acceder, lo cual hace imposible que un habitante de la Zona de menos poder adquisitivo se mueva a una de mayor.
La policía del tiempo es una fuerza autoritaria que existe en esta sociedad, la cual se encarga de “regular”, el sistema, y mantener un (des)equilibrio entre la clase obrera y la de mayor poder adquisitivo, creando un orden regulado para poseer más, o menos tiempo.
Dentro de esta sociedad se encuentra nuestro personaje principal Will Salas. Will, es un trabajador que ha pasado los últimos años tratando de encontrar una mejor vida para él y su madre, quienes viven en una Zona en donde los costos de los productos básicos y el transporte tienen un costo cada vez mayor. En su comunidad, Will está rodeado de un estilo de vida “al día”, en donde es común ver gente desfallecer al encontrarse con que se les ha acabado el último minuto de vida, debido a las difíciles condiciones para mantenerse.
La vida de Will torna un giro inesperado cuando, en un bar, conoce a una persona con cien años de vida. Will intenta advertirle de lo peligroso que es presentarse de esa manera, sin embargo, a este personaje parece no importarle. Después de una persecución por la vida de ambos, Will logra ayudar a escapar a su recién conocido, para después refugiarse en un lugar abandonado durante la noche. A la mañana siguiente, Will despierta con la sorpresa que esta persona le transfirió todos sus años de vida, mientras su acompañante consiguió lo que más anhelaba, la muerte.
A partir de este momento, la película gira en una serie de sucesos y eventos en donde el personaje principal y una acompañante (la hija de un millonario) que recién se une a su lucha, realizan actos de rebeldía con el fin de desestabilizar el sistema e intentar otorgar a las personas con poco tiempo de vida, unos días más para vivir…
Análisis y reseña. El ser humano: entre el ser y el hacer.
Durante el desarrollo de la película, se nos plantean diversas interrogantes y dilemas que son interesantes de analizar.
Podemos contemplar que, a pesar de encontrarse en un mundo en donde “se ha vencido a la muerte”, la sociedad no es muy diferente a la actual. El sistema capitalista prevalece, buscando una nueva manera de mantener una diferencia entre clases, una lucha por supervivencia para unos, a costa de lograr la vida eterna para otros.
Lo anterior es un punto interesante ya que, podemos relacionarlo con los “avances” que ha logrado la sociedad actualmente, por ejemplo, los avances tecnológicos o médicos. Sin embargo, a la vez que estos avances continúan, rara vez nos encontramos con la mejora en la situación de pobreza, en la lucha contra la contaminación ambiental, o en un mejor nivel de atención de salud a nivel mundial. Lo que nos lleva a pensar, ¿hacia cuál camino avanza la humanidad? Si llegáramos a encontrar la “cura de todos los males”, ¿viviríamos mejor como sociedad? Ante los ojos del escritor Andrew Niccol, esto no ocurrirá.
El concepto de la juventud eterna nos planea un deseo que predomina en la actualidad, el deseo por querer vivir “eternamente joven”. Y es que la sociedad del consumo “vende” la idea de que es mejor y más sano mientras te sigas viendo joven. Por otro lado, es bien sabido que ocurre un desplazamiento hacia las personas de edad avanzada, quizás por el sentido de que ser joven es alguien que “aun tiene energía” para aportar a la sociedad, mientras que en edades avanzadas se venera el nivel de conocimiento y sabiduría. Sin embargo, si el envejecimiento es un proceso natural del ser humano, ¿porqué intentamos detenerlo? Me parece interesante replantearnos si es que nuestro estilo de vida en verdad propicia un goce hacia lo que somos y lo que hacemos, o más bien vivimos en un bucle de “llegar a ser antes de” dejemos de ser jóvenes. En este sentido, una visión a favor de una idea de que “somos en esencia” independientemente de la edad que tengamos, aportaría un panorama más esperanzador. No hay prisa para llegar al destino, la pregunta no es el cuándo sino el cómo. De esta forma, aceptaríamos que el cambio es parte de nuestra vida, en ese sentido, no hay cambio que no sea parte de nosotros.
Y es que, pareciera que el ser humano es un ser insaciable. El mundo no le basta. Pareciera que, en su sed de volverse un ser omnipotente, desea imponerse sobre la naturaleza, sobre los recursos del planeta, e inclusive: la muerte.
La muerte es el único fin del cual la humanidad no puede escapar. Es la meta de toda vida, el retorno a lo inanimado, y aunque genera mucha angustia, a la vez otorga diversos significados a la vida, de manera que una vida sin muerte, ¿qué significado tendría?
En la película se presenta este dilema, especialmente con el personaje que a propia voluntad le regala todos sus años de vida a su nuevo amigo (Will). Podríamos inferir que la mente logra desear lo que el cuerpo eternamente joven no le otorga: el retorno a lo inanimado. A través de este personaje podemos inferir que una vida “llena de placeres” no es suficiente para desear una vida eterna, sino que más bien, se puede volver un tormento vivir en un ciclo sin fin. De esta forma, nuestro personaje encontró paz al poder consumar su deseo de no continuar con su vida inmortal.
La lucha de Will y Amanda representa la lucha por la justicia, por la equidad en calidad de vida. Y es que en nuestra realidad vivimos un mundo muy parecido al ficticio, el dinero se ha vuelto vida. El gesto de mirar el reloj para calcular el tiempo de vida restante es análogo con el control que tiene el tiempo en nuestra sociedad. Si bien, es necesario para estructurarnos (ya que el concepto abstracto del tiempo nos otorga un principio y un fin a nuestros días y actividades), también resulta en una relación necesaria y dependiente para vivir en sociedad. La vida civilizada nos ha canalizado como seres productivos, en una mezcla entre productividad por un bien común para la sociedad, y productividad como parte vital para continuar (el precio del mañana). Dinero, tiempo y esfuerzo son las premisas para ser y pertenecer. No importa quien seas, mientras seas productivo.
La película nos hace reflexionar de diversas maneras sobre el estilo de vida actual, sobre cuál es el sentido hacia el que caminamos como sociedad, y si es que puede existir una forma de convivir y relacionarnos que nos oriente hacia disfrutarnos más por la calidad de relaciones y la originalidad que cada individuo puede aportar por sí mismo, más que por lo que es capaz de producir. Si se logra este equilibrio, pienso que nuestro futuro sería diferente al de la película, o quizás, menos parecido…
Ficha técnica
Título original:
In time
Año:
2011
País:
Estados Unidos
Dirección:
Andrew Niccol
Reparto:
Amanda Seyfried, Justin Timberlake, Cillian Murphy, Olivia Wilde, Matt Bomer, Alex Pettyfer y Vincent Kartheiser.
Género:
Suspenso / Ciencia ficción