Psique y Cine: La Hermanastra Fea

Se trata de una película clasificada como “terror”, yo diría que “siniestra” que no es lo mismo, evoca el cuento de La Cenicienta desde una perspectiva cruel, aunque ambientada en un contexto épico, su argumento resulta tan vigente que puede que si asuste.
La historia se aleja del guión que Disney ha colocado en la mente del colectivo, principalmente en las “mujercitas” y lo escribo así en diminutivo, pues sus tramas durante mucho tiempo contribuyeron a la disminución social, intelectual y cultural de ellas, las mujeres.
El largometraje se centra en la experiencia de Elvira, una de las hermanastras de Agnes quien para este filme funge como la Cenicienta, quien busca la aceptación a través de la belleza impuesta sin importar la destrucción que ello implique, insisto algo tan vigente.
El relato visto desde el antagonismo, gritando continuamente en sus formas y estructura, “sino lo tengo, yo lo consigo”, aunque me destruya, haciendo culto de un sentimiento muy primario, la envidia, Melanie Klein, la define como la agresión hacia alguien que posee algo deseado, acompañado por el impulso de quitar o dañar lo bueno del otro.
Recurro al vocablo alemán Unheimlich, muy habitual en terrenos del Psicoanálisis para señalar a lo siniestro, lo oculto, lo que no se ve. No cabe duda de que dicho concepto está próximo a lo espantable, angustiante, espeluznante, como puede resultar en algunos momentos la belleza.
El largometraje nos habla de las detalladas exposiciones estéticas, que por una parte prefieren ocuparse de lo bello, grandioso y atrayente, es decir, de los sentimientos de tono positivo, de sus condiciones de aparición y de los objetos que los despiertan, desdeñando en cambio la referencia a los sentimientos contrarios, repulsivos y desagradables, pero que están ahí pulsantes, punzantes, siniestros, ocultos entre la belleza.
En El Malestar en la cultura (1930), S. Freud, considera interesante que la felicidad de la vida se busque ante todo en el goce de la belleza, ya se trate de la belleza en las formas y los gestos humanos, y en los objetos de la naturaleza, los paisajes, o en las creaciones artísticas y aún científicas; si bien esta orientación de la vida no nos protege de los sufrimientos, de alguna manera nos compensa porque el goce de la belleza posee un particular carácter emocional, ligeramente embriagador.

Por otro lado, lo bello no tiene utilidad ni parece ser necesario a nuestra cultura y sin embargo, no se puede prescindir de ello, tenemos entonces, lo bello como una de las vías hacia la felicidad, y una ciencia de lo bello que no solo no acaba de dar cuenta de este fenómeno, sino que menos aún, del sentimiento que parece oponérsele en tanto no produce placer sino más bien lo contrario: lo unheimlich.
Lo unheimlich recuerda la siniestra falta que nos habita, no hay nada que defina nuestro ser más que los intentos del yo de armarse un ser, un falso ser, ilusorio, que permite movernos por el mundo con una “forma de ser”, constituida tomando elementos imaginarios y simbólicos de los Otros. Así lo dice Lacan: «El sujeto, en cuanto existencia, se encuentra constituido como dividido desde el principio. ¿Por qué? Porque su ser tiene que representarse en otra parte.
Preguntémonos entonces, en qué otra parte, en los deseos del otro, en las necesidades de una madre narcisista, de un imperativo social, en símbolos, en qué.
Recordemos ahora tan solo uno de los ejemplos con que Freud ilustra lo unheimlich analizando el cuento de Hoffman “El arenero”: el descubrimiento de Nathaniel de que la bella Olimpia, de quien se ha enamorado, es en realidad una muñeca inanimada, inerte, una cosa.
Concluyo que la belleza enamora, pero lo que hay más allá es lo siniestro, ¿será siempre así? ¿qué opinan?

Ficha técnica
Título original:
Den Stygge Stesøsteren
Año:
2025
País:
Suecia, Dinamarca, Noruega, y Polonia
Dirección:
Emilie Blichfeldt
Reparto:
Lea Myren, Ane Dahl Torp, Thea Sofie Loch Næss, Flo Fagerli y Isac Calmroth
Género:
Sátira, comedia y terror