La ira de Dios

Es una película que presenta un guion magistral, en un entramado de suspenso y misterio; sin embargo, no se puede soslayar la presencia del abuso que el escritor Kloster lleva a cabo hacia la joven asistente Luciana, situación que revela su narcisismo y perversión.

El misterio que envuelve este largometraje lo observamos en las muertes aparentemente accidentales de los integrantes de la familia de Luciana, donde pareciera que se dieron por casualidad… Aquí se destapa algo de las pasiones humanas que se manifiesta en términos de odio y venganza… Ojo por ojo, diente por diente, pan por pan (Ley del talión)… No es suficiente; infligir dolor es lo que permea la historia.

La película refleja lo que sucede en las sociedades, con relación a sí alguien se decide a hablar/denunciar un abuso, se presentan situaciones como no creerles, tirarlas/os de locas/os, mentirosas/os, ya que quien ostenta el poder tiene de entrada la credibilidad/ el dinero y la fama para hacer que le crean.

Así mismo la culpa es otro de los componentes que se puede destacar en el tejido de la historia, pero de manera contraria a lo que se esperaría, es decir, de quién cometió los actos mortíferos. 

El thriller va dejando un sinfín de agujeros, huecos…que parecieran ficciones de una historia que no acaba por comprenderse, es un sinsentido, pero acaso no, así es la realidad humana, donde predomina el odio y la venganza; siendo la culpa por el deseo prohibido, el motor del drama. Es un filme que permite el análisis de la subjetividad de nuestra época.

Puedes verla en la plataforma de Netflix.

Análisis: