“Porque sueño, yo no estoy loco… porque sueño, yo no lo estoy”.
Si hay algún término que define a “Léolo”, ése es poesía: Poesía ante la miseria, poesía ante la realidad, poesía ante la locura.

Película franco-canadiense realizada en el año de 1992, dirigida por Jean_Claude Lauzon, director de cine que muere trágicamente en un accidente de avión pocos años después de que Léolo viera la luz. Representa una lucha contra el destino, un grito desesperado en el silencio abismal de la locura, una llamada de auxilio.
Leo lauzone es un niño que vive en Canadá con su familia; sin embargo, el director sabe introducirse en el imaginario de Léolo que el espectador llega a confundir la realidad con la ficción del mismo modo que el protagonista. El director realiza un recorrido por los orígenes fantaseados del protagonista donde se pueden mirar algunos elementos de la psicosis que se cierne sobre la familia de Léolo y que lo amenaza también.
En su imaginario Léolo afirma que su padre no es su padre, sino un agricultor siciliano que de forma accidental mientras se masturbaba salpico a un tomate con su esperma, el mismo tomate acabaría accidentalmente en la vagina de su madre al caerse sobre una caja de tomates en el mercado.
Así es como Léolo construye un sentido a su existencia y se otorga a sí mismo una nueva identidad, eliminando al padre que a lo largo de la película se va viendo (a través de los ojos del protagonista) como la fuente de todos los males de la familia.

Es interesante observar en la película los movimientos de la libido de Léolo, como en un principio sí que hay un objeto, aunque sea fantaseado, que es su único vínculo (pobre pero que existe) con el mundo exterior, con un Otro, y como se va produciendo un repliegue en el Yo y una retroversión de la libido.
La historia de este niño es una lucha descarnada por su vida psíquica y que hace pensar en como ”la mala suerte” o la repetición de caer en un entorno hostil, puede abocar a una persona a la locura de forma trágica e irremediable, pero repetible.
Todos los miembros de su familia, menos la madre, parecen sumidos en una locura muy parecida a la del abuelo paterno y son ingresado en un psiquiátrico en varias ocasiones, a veces incluso al mismo tiempo, cuando coinciden en su delirio.
Es importante destacar al Domador de Versos, con él empieza la película y con él termina. Se trata de un hombre que pasa largas horas en su barroco castillo, entre estatuas griegas, estanterías repletas de libros antiguos y grandes candelabros encendidos. Recoge de la basura fotografías y cartas, para leer las historias anónimas que guardan en su interior. Él es el que descubre las hojas que Léolo deshecha de su diario y el único que conoce todo lo que piensa. “El domador cree que las imágenes y las palabras deben mezclarse en las cenizas de los versos para renacer en la imaginación de los hombres… Léolo es como Don Quijote que había decidido luchar contra la ignorancia y protegerse del abismo de su familia”.
Ficha técnica
Título original:
Leolo
Año:
1992
País:
Cánada
Dirección:
Jean-Claude Lauzon
Reparto:
GaMaxime Collin, Gilbert Sicotte y Ginette Reno.
Género:
Drama