
Me estás matando susana, es la adaptación de Roberto Sneider, a la novela Ciudades desiertas de José Agustín, en ésta se narra la historia de un actor mediocre, Eligio quien es capaz de renunciar a su deseo de hacer obras teatrales a cambio de poder tener la ilusión de controlar y obedecer una cultura risoria machista. Susana, representa a la mujer contemporánea, que puede no sólo apropiarse de su ejercicio laboral, sino que, además, decide ejercer su sexualidad en un amplio sentido, tanto intelectual como pasional.
Bajo este contexto, la película nos muestra de una manera irónica y con apoyo de la comedia, el absurdo mundo machista que ha permeado las relaciones de pareja. Eligio, es la versión por demás atinada del clásico macho mexicano, incluso por sus personajes televisivos, botas y sombreros, dando cuenta de las narrativas de las telenovelas que han permeado la cultura mexicana. Verla implica anotar los detalles, el temor siempre encarnado en Eligio. De ser penetrado y evidenciado en su vulnerabilidad, desde su más infantil y omnipotente mirada, incluso ante la aduana internacional del país yanqui.
Susana, una mujer letrada, catedrática dentro de una de las universidades más prestigiosas de México, la UAM, se apropia de la palabra y puede vía la poesía, sublimar para entender y darle sentido a su historia. Pareciera así, estar en ella, la posibilidad de alcanzar un carácter más bien genital, es en la mujer donde se presta la posibilidad de reconciliar lo laboral, con sus relaciones de pareja. Sin necesidad de llevar al control, las desatinadas acciones de su esposo. Evidenciándole en todo momento, lo ridículo que es y que representa, llevándolo al enfrentamiento cuando es necesario. Ella toma su historia personal, para transformarla en poesía y haciendo de esto un medio de ganancia sublimada, no es ella quien requiera de grandes montos de energía para sobrellevar su relación. Logrando así, cuestionar el papel sumiso y pasivo que la sociedad ha encarnado en la mujer.

Eligio, encarna la evidencia de un sujeto común en nuestros contextos machistas, es su carácter fálico narcisista; manifestado constantemente en su porte dotado de seguridad, para así de manera inconsciente esconder, la inseguridad. La agresividad está constante y le desgasta, tanto en sus maneras más burdas, yéndose a los golpes; como las más disfrazadas, siendo “amoroso”, para entorpecer los anhelos de su esposa. Para hombres así, el mundo da la apariencia que tiene que ver con ellos todo el tiempo, sin reparo. El narcisismo aunado a la omnipotencia, le da pie a considerar que viajar, vender su auto (falo) le “devolverá” lo que cree es suyo, y pensaríamos que no se trata de Susana, sino por reparar sus propias heridas infantiles.
En este contexto donde podemos ya cuestionar las maneras de relacionarnos, deja en evidencia que si bien en general, las relaciones todas, implican una demanda de amor. Queda claro que no es el amor lo que lo puede todo y en dado caso, como diría Freud, para vivir; hay que soportar la muerte. El final de esta película, nos marca cómo la compulsión a la repetición se manifiesta, el eterno retorno se hace presente, porque eros y tánatos cohabitan y desde lo inconsciente la contradicción queda siempre borrada.
Aquí como en la vida, el final ni es feliz, ni es total.
Ficha técnica
Título original:
Me estás matando Susana
Año:
2016
País:
México
Dirección:
Roberto Sneider
Reparto:
Gael García Bernal y Verónica Echagui
Género:
Drama