Una investigación realizada por Rubén Gallo afirma que en 1938, la prensa mexicana informó sobre los peligros que enfrentaba Freud en Austria.
En aquel entonces, gobernaba el presidente Lázaro Cárdenas, uno de los líderes más importantes en la historia del siglo XX quien había convertido a nuestro país en un refugio para intelectuales recibiendo a numerosos artistas, poetas, académicos y filósofos que desempeñaron un papel crucial en la cultura de la posguerra. Uno de los más importantes fue el político y revolucionario ruso de origen judío, León Trotsky, que se estableció al sur de la Ciudad de México, en Coyoacán, en 1937 (fue asesinado el 21 de agosto de 1940).
Gallo agrega que después de la noticia de la prensa sobre los problemas de Freud en la Austria nazi, un grupo de activistas lanzó una campaña para llevar al profesor a México. Sin embargo, este nunca ingresó su solicitud para poder entrar a nuestro país, a pesar de la disposición del presidente Cárdenas.
¿Se imaginan qué hubiera pasado si el Dr. Freud hubiera llegado a nuestro país y se hubiera instalado con su hija Anna en Coyoacán, cerca de Trotsky y enfrente de la casa Azul de Frida Khalo y Diego Rivera?
Probablemente Octavio Paz se habría acostado en su diván, Trotsky habría aprovechado la oportunidad de reconciliar el psicoanálisis y el marxismo. La sala de espera de Sigmund Freud habría sido el escenario de encuentros con Paz y Kahlo, Cuesta y Trotsky. Quizá a Diego Rivera lo hubiera considerado inanalizable o hasta podemos llegar a fantasear que Cárdenas, un hombre de enorme curiosidad intelectual hubiera podido acudir a consulta, convirtiéndose en el primer jefe de estado en ser analizado y por lo tanto México hubiera sido un país también analizado.
Cómo nos hiciste falta Sigmund Freud.