Psique y Cine: Pobres criaturas
Pobres criaturas es una película que desde el enfoque psicoanalítico nos regala un valioso contenido para interpretar.
Bella Baxter es una mujer cuyo origen se remonta a una intervención del Dr. Godwin Baxter, quien la rescata luego de un intento de suicidio al lanzarse de un puente, para posteriormente someterla a un experimento que implica el implante de un cerebro de bebé. Esta situación la sitúa en un estado mental infantil, desde donde inicia su propio desarrollo, bajo la dirección del doctor, quien adopta el rol de figura paterna. En este contexto, el Dr. Baxter accede a todas las demandas de Bella, evitando así su sufrimiento y frustración, manteniéndola en un estado constante de placer. Sin embargo, esta situación se ve permeada por la perversión inherente a la etapa mental en la que se encuentra Bella. Al no contar con la presencia de un padre que imponga límites y regule su comportamiento, Bella decide aventurarse a viajar con Duncan, un abogado de mala reputación que se acerca a ella con malas intenciones, mientras que el Dr. Baxter no hace intento alguno por impedirlo. Para justificar lo anterior, Godwin explica el por qué de sus cicatrices y relata cómo fue víctima de violencia por parte de su padre, quien lo utilizó como sujeto de experimentación física, causándole heridas que resultaron en una deformidad que posteriormente se convirtió en objeto de burla por parte de sus alumnos y otros.
Este relato pone de manifiesto un discurso común entre muchos padres y madres, quienes expresan el deseo de que sus hijos no experimenten los mismos sufrimientos que ellos padecieron a manos de sus propios progenitores. Por consiguiente, Godwin se esfuerza por proporcionar a Bella una vida llena de cuidados y atenciones, en contraposición a la crueldad experimental que él mismo sufrió, permitiéndole disfrutar de libertades y placer en lugar de someterla a los mismos abusos que él experimentó.
Es precisamente en esta parte de la historia donde Bella se enfrenta a situaciones de exceso, peligro, acoso y violencia, de las cuales tendrá que salir adelante por sí sola y lejos de su protector. Estos momentos, sin duda, también le brindan la oportunidad de aprender y resolver, aunque a veces lo haga de maneras no convencionales o utilizando medios inadecuados, sin embargo, logra solventarlos, aprendiendo y creciendo a partir de enfrentarse a lo desconocido y a aquello que podría causarle daño, algo de lo que Godwin quería protegerla al mantenerla confinada. ¿Y cuántas veces no observamos esto en nuestra vida cotidiana? Padres y madres que intentan proteger a sus hijos desde sus propias pulsiones de muerte, negándose la castración y evitando el sepultamiento del complejo de Edipo, permitiéndoles seguir el principio del placer, pero al mismo tiempo exponiéndolos al principio de realidad, que inevitablemente los confrontará en su camino.
La película «Pobres Criaturas» nos lleva a reflexionar sobre la influencia de los otros en nuestra formación como sujetos, dentro del marco del psicoanálisis. Nos muestra cómo somos moldeados por aquellos que nos rodean, pero también destaca nuestra capacidad de ejercer nuestra propia voluntad para seguir nuestro propio camino y resolver problemas desde nuestra propia libertad de elección. En este proceso, nos desprendemos de las identificaciones que nos mantienen ligados al principio de placer y nos aferramos a la realidad, enfrentando y resolviendo los desafíos que se presentan con nuestras propias habilidades y recursos. Esta perspectiva enfatiza el continuo proceso de formación y aprendizaje en el que estamos inmersos.
Ficha técnica
Título original:
Poor things
Año:
2023
País:
Estados Unidos
Dirección:
Yorgos Lanthimos
Reparto:
Emma Stone, Ramy Youssef, Christopher Abbott, Jerrod Carmichael y Mark Ruffalo.
Género:
Comedia oscura