Filosofía y Psique: Sobre “La muerte de Dios”
Una de las frases más importantes de la obra de Nietzsche es la que reza: “Dios ha muerto”, misma que ha sido malinterpretada a través del tiempo y pensada como un alebrestado malestar ateo que invita a profesar esa apatía a lo religioso. No obstante, el momentum de la obra de Nietzsche en la que se sostiene dicha sentencia, es parte de todo un recorrido metafísico y de objetivos cruciales en el proyecto nietzscheano.
La Gaya Ciencia de Nietzsche es una obra que explora una amplia gama de temas filosóficos y culturales. Publicada por primera vez en 1882, es una de los texto más importantes y representativos de la filosofía de Nietzsche. En esta, Nietzsche defiende a la vida como arte y sostiene que todos los seres humanos deberíamos buscar la felicidad y la realización personal a través de la creatividad y la expresión individual. También argumenta que la religión y la moral tradicionales son obsoletas y limitantes, que la verdadera libertad solo puede alcanzarse a través de la autoafirmación y la superación de uno mismo.Nietzsche explora temas como el nihilismo, el amor, la muerte, la verdad y la mentira, la música y la cultura. Su estilo de escritura es poético y a veces provocativo, lo que hace que la lectura de la obra sea emocionante y desafiante.
El parágrafo 125 de la Gaya ciencia relata la historia de un loco, que advierte sobre la muerte de Dios, a lo que el vulgo le responde con burlas y mofas, estas serán contestadas con fuertes cuestionamientos por parte del loco, mismos que dan cuenta de las consecuencias que implica la muerte de Dios. El texto se encuentra narrado de una forma alegórica que permite interpretar las metáforas en una multiplicidad de direcciones.
La frase «Dios ha muerto» no significa que Nietzsche creía que Dios realmente había muerto, sino que la idea de Dios había perdido su relevancia en la sociedad moderna, en otras palabras Dios es entendido como una metáfora de aquello que contenía la verdad/certeza; sosteniendo que la religión había sido utilizada durante mucho tiempo como un medio para controlar a la gente y como un impedimento para el progreso humano, pero a la par que la muerte de Dios no es más que el producto de haberlo cuestionado hasta el punto en el que se volvió innecesario, porque las respuestas que anteriormente se buscaban en Dios ahora son contestadas por la ciencia(menos la muerte, todavía). Nietzsche también creía que la muerte de Dios tenía implicaciones muy importantes para la moralidad, porque si Dios ya no es la fuente de la moralidad, entonces es necesario encontrar una nueva fuente de valores; por ello, sostiene que el hombre debe crear sus propios valores y que esto es fundamental para el desarrollo humano. Por lo tanto la humanidad debería ser libre para crear su propia moralidad y que es esencial para el florecimiento de la cultura y la civilización.
Como se ha mencionado el tema sobre la muerte de Dios, ha sido objeto de diversos debates, pero no solo eso, sino que ha sido tocado anteriormente por filósofos como Hegel y Eckhart. Savater nos dirá que Dios ya venía agonizando desde el Renacimiento, pero que “fue la ilustración la que precipitó fulminantemente su fallecimiento”, entonces ¿que hay de novedoso en la forma en la que Nietzsche nos anuncia la muerte de Dios?
La diferencia está en la importancia que le dará Nietzsche como acontecimiento, es decir: La muerte de Dios constituye un hito para la humanidad. De ahí que Nietzsche acuse a los hombres de no darse cuenta de lo que han hecho, de “no tomar conciencia plena del asesinato de Dios” porque este acontecimiento implica una renuncia a la certeza que brindaba la idea de Dios como un mundo/verdad, es decir la realidad concebida como un caos era contenida bajo el concepto de un orden-verdad que se contenía en la idea de Dios. Además de ello Nietzsche advertirá sobre el tiempo que es necesario que pase para que se den cuenta de las consecuencias, esto puede interpretarse como la falta de conciencia sobre los efectos de la falta de una verdad como la que planteaba Dios.
Savater subraya la importancia de no entender a Nietzsche como un adversario a Jesucristo, puesto que incluso denota un cierto grado de agrado por su forma de pensar y de prédica. Eso quiere decir que la frase “Dios ha muerto” en ningún momento hace alusión a un ataque a un cristianismo como el predicaría Jesús. Sin embargo el verdadero ataque de Nietzsche es hacia los dogmas de la Iglesia. Hay que tener en cuenta que el efecto de los dogmas a través de tiempo también ha sido la imposición de una metafísica en la que los valores priorizan un mundo suprasensible, de cuenta que es una versión mutada del platonismo y su mundo de las Ideas. Sea pues dicho de paso: el ataque a los dogmas de la iglesia está direccional también al platonismo.
El problema es que Sócrates como inventor de la conciencia dice Savater: “ invierte el papel jugado habitualmente por esta y le da una posición preeminente en la guía de la vida humana”. ¿Cuales son las consecuencias de dotar a la conciencia de tal poder? La respuesta se desprende en tres consecuencias: la valoración del concepto como verdad de la cosa; la exaltación de la verdad como lo más preciado; el ascenso del lenguaje, la controversia, la gramática y los valores comunicacionales. El problema con ello es que para Nietzsche con esto comienza una mentira que perdurará por los siglos, en la que la terminará desembocando el cristianismo.
Uno de los retos de Nietzsche por medio de la muerte de Dios es el que alude al intento de razón contra la Razón, esto porque la razón será producto de la conciencia, el lenguaje y la supuesta verdad en la que describe la realidad, pero para Nietzsche esto no es más que una falsedad, que parte del no cuestionamiento de la razón misma y de sus principios rectores. Por lo tanto el proyecto de Nietzsche buscará alcanzar un pensamiento que no sea producido de Ideas. Es el lenguaje el vehículo de la Razón, de ahí que sea este el que se encargue de manufacturar los problemas e inventar las cosas y sus mediciones como si estuviera describiendo a la realidad misma. Es por medio del lenguaje que se sostiene la conciencia y está a su vez “nos inventa una identidad única, estable, pública y más o menos espiritual”, esto en apariencia permite tener certezas de una supuesta continuidad, sin embargo el costo es el engaño que implica.
¿Como podemos saber sobre la realidad o que es lo que realmente es material de la realidad? ¿Cual es el vehículo que nos permitiría conocer la realidad? Nietzsche dirá es el cuerpo el que “desmiente las palabras”, es una resistencia en contra del lenguaje y su contenido se encontrará más dispuesto en lo inconsciente, donde incluso encontrará mayor riquezas, que en lo consciente. Son las palabras entonces artífices engañosos del lenguaje y como tal es imprescindible estar al tanto de los peligros de usarlas como herramientas de certezas.
La muerte de Dios entonces se puede usar de una forma positiva, esto se refiere hacer una destrucción y replanteamiento de los valores como los conocemos hasta el momento, mismos que han priorizado un mundo no vivo, un mundo de las Ideas que solo existe en la no existencia. De ahí que para Nietzsche sea fundamental hacer una ruptura con estos valores e incluso barrer con los lugares que ocuparon para dirigirlos a un lugar “más allá del bien y del mal”.
El examen que hace Heidegger a la frase de Nietzsche partirá de la necesidad de hacer explícitos los conceptos que conforman a la misma, con la finalidad de evitar algún equívoco o interpretación laxa. Heidegger coincidirá en la que la famosa frase puede entenderse como “una meditación sobre la situación y el lugar del hombre actual” y coincidirá en la necesidad de examinar lo relacionado con la verdad.
La condición que expresa Nietzsche no es la del hombre en general sino la del hombre occidental, puesto que la problemática principal se haya en el recorrido que ha tenido la conciencia occidental. ¿Que es lo que ha marcado al pensamiento occidental? ¿Que características podrían enunciarse de manera general en occidente? El cristianismo ha sido la normativa bajo la cual el pensamiento occidental se ha desarrollado, de ahí que para Heidegger sea importante acotar dentro de la frase “Dios ha muerto” la similaridad conceptual que comparte con la idea del dios cristiano, pero a su vez con la designación del mundo suprasensible.
Es por ello que describiré la metafísica de Nietzsche como una reacción contra la metafísica o específicamente contra el platonismo, como algo que ha llegado propiamente a su final. En esto coincidirá con las interpretaciones en las que la idea de Dios “como un fundamento suprasensible de las ideas ha perdido toda fuerza vinculante”. De ahí que el único camino parezca ser el nihilismo, la nada entendida como “ausencia de mundo suprasensible”. Es de ahí que para Heidegger sea necesario hacer un examen sobre lo que significa nihilismo , a partir de lo que Nietzsche maneja como nihilismo, de manera qué hay que resaltar la importancia de no tomarlo como un ateísmo o una negación al dios cristiano, en cambio sería un no lugar, una indeterminación de lo que anteriormente aparecía como algo necesario de ser determinado.
Es por ello que para Heidegger el efecto que refiere a la falta de fe a partir de la caída del dogma cristiano no es la esencia ni el fundamento del nihilismo, sino solo una mera consecuencia. Por lo tanto apuntala Heidegger citando a Nietzsche: “¿Que significa nihilismo? Y contesta «Que los valores supremos han perdido su valor»” De ahí que Heidegger vea como vital dar un recorrido por lo que Nietzsche entenderá como una “desvalorización de los valores hasta entonces supremos”. A lo que dirá: “por valores supremos se entiende lo verdadero, lo bueno y lo bello: lo verdadero, esto es, lo verdaderamente ente; lo bueno, esto es, lo que siempre importa en todas partes; lo bello, esto es, el orden y la unidad de lo ente en su totalidad.”
El problema de la existencia de valores supremos es que no es posible realizarlos en el mundo real, ya que solo pertenecen al mundo ideal. De ahí que sea necesaria la instauración de valores, en relación con los valores anteriores, en lo que Nietzsche llamará una “transvaloración de todos los valores”. Sin embargo hay que tener en cuenta que el lugar ocupado por los valores antiguos no tiene que ser cubierto por los nuevos, puesto que eso desembocaría en solo una sustitución de los mismos, es necesaria la destrucción de los lugares mismos y la creación de nuevos valores y lugares para los mismos. Dice Heidegger sobre esto: “el nihilismo completo debe eliminar hasta el lugar de los valores, lo suprasensible en cuanto ámbito, y por lo tanto poner los valores de otra manera, transvalorarlos.”
Heidegger considera necesario en su examen también abordar lo que Nietzsche entiende como valor citando el aforismo 715 de la Voluntad de poder: “el punto de vista del valor, es el punto de vista de las condiciones de conservación y aumento por lo que se refiere a las formaciones complejas de duración relativa de la vida dentro del devenir”. Con respecto a lo dicho, Heidegger se ocupará de esclarecer minuciosamente cada uno de los elementos que menciona Nietzsche, la idea principal con la que conecta la idea final del Devenir será la de Voluntad de Poder, que es una parte fundamental de la metafísica nietzscheana, de ahí que se encargue de dar una explicación extensa sobre lo que refiere la idea de “Voluntad” y también de “Poder”.
Hay que resaltar que la voluntad de poder es la vía regia para la transvaloración de todos los valores, de manera que también es la posibilidad de lanzar una Verdad, entendido como “el valor necesario para la voluntad de poder que parte de la esencia de dicha voluntad de poder”, en este caso la verdad “no significa ahora des ocultamiento de lo ente ni la coincidencia de un objeto con su objeto, ni la certeza que se ocupa de disponer y asegurar lo representado. Verdad es ahora, el estable aseguramiento de las existencias del círculo a partir que la voluntad de poder se quiere a sí misma”.
Heidegger posteriormente se orientará en abordar el arte como la esencia de la voluntad de poder, como una acción para querer pasar más allá de sí misma. Por lo que explica que el arte “es la condición dispuesta en la esencia de la voluntad de poder para que dicha voluntad, en cuanto tal, pueda llegar al poder y aumentarlo. Y es que para Nietzsche el arte tendrá más valor que la verdad. Sin embargo Heidegger no dejará pasar el momento de dar un rodeo a lo que refiere la verdad así como de su implicaciones ontológicas.
La muerte de Dios es uno de los aspectos más importantes y complejos de la obra de Nietzsche, de ahí que sea fácilmente entendible que sea también objeto de debates y de innumerables reflexiones. La forma de interpretar las ideas de Nietzsche es inacabada, de hecho se observa que entre las ideas que plantea Savater y Heidegger hay diferencias sustanciales que incluso podrían estar contrapuestas en la manera de entender algunos conceptos nietzscheanos. A pesar de ello, la interpretación libre de la obra de Nietzsche es un ejemplo de hacer una ruptura con la idea de la verdad como un concepto inmutable, en otras palabras: decir que la verdadera forma de interpretar la obra de Nietzsche es única y que las demás son erróneas sería una contradicción con respecto al proyecto nietzscheano. Abogar por la verdad como concepto o en su condición metafísica, sería ignorar a la muerte de Dios y seguir creyendo en verdades que ciertamente se nos presentan cada vez más insostenibles.
Análisis: