Psique y Cine: Todos los incendios
Corre el año 2008 y Bruno está en esa etapa compleja, primitiva, desconcertante, doliente, adolescencia le dicen los que según ya no adolecen.
Cuando el amor es poderoso, brillante, pujante, perderlo es inexplicable, doloroso, arde, consume y nos negamos a resurgir de nuestras cenizas, pues no sabemos cómo hacerlo.
Cajitas de cerillos coleccionables, una práctica muy común en otros tiempos, que aludía a la semblanza de haber conocido, descubierto un marco de experiencia para ser hombres de mundo, hombres de historia con historias. para esta reseña significan el dolor de perder transformándose en una luminiscente furia.
El malestar cuando no es conscientizado se volverá impulsivo, abundará en el exterior, buscándose un lugar fuera de la razón, dando origen a un mundo peligrosamente brillante, Pyros (fuego) emerge como una voz.
A Bruno le arde en el alma el dolor de haber perdido a su padre y sus lágrimas no alcanzan a apagar el fuego de su enojo, de su tristeza. La pueril ganancia ante la obscuridad de la dolencia se ilumina cuando enciende cada cerillo de las cajitas que coleccionaba su padre, y como un grito silencioso recrea esas imágenes incendiarias en mediocres videos que sube a la red, como si con ello pudiera asirse de calor fraternal y paternal, que llenara el recoveco que dejó el vacío, la ausencia y la muerte.
La vida sigue y Bruno no logra apreciarlo de ese modo, su madre está comenzando una nueva relación sentimental y su mejor amigo está por partir a otro país, además de confesarle que está enamorado de él.
Nuevas pérdidas se asoman y corre despavorido a una provincia donde se encontrará con esa amiga impersonal que será punto de quiebre en esta historia.
Pues bien, se dice que lo que no se habla se actúa y ambos chicos perviven en el acto, tratando de dar luz a sus respectivas penumbras, como un estandarte de matiz al final de un túnel.
Diría Charles Bukowski, “Con una chispa se puede incendiar un bosque”, esa chispa se llama adolecer, al no ser comprendida la chispa, puede arrasar, como una manera de búsqueda de ímpetu, de cambio, de resurgimiento, pero no se sabe cómo hacerlo de otro modo, más que el acto.
Eso vivía Bruno tal vez sin saberlo, un duelo no transitado por la partida de su padre, la niñez fugaz, los anhelos arrebatados, las concepciones de la vida y de la muerte, la sexualidad en todos sus bordes, en fin, quiénes somos, así siente Bruno.
Si me busco en el otro, tal vez me pueda encontrar, así pensaba Bruno, huyendo de su incendio personal lo intenta con otra chica fuego como él, ambos se sirven de imagen especular para por fin hallarse, reconocerse, mirarse en sus duelos, en sus desafíos, en sus recreaciones simbólicas, (el reconocimiento de uno en el otro), en sus recreaciones reales, (muerte, sexualidad, adolescencia), en sus recreaciones imaginarias, (lo que quiero quemar cuando quemo y me quemo).
Solo resta decir que con todo esto luchamos los seres humanos para SER.
Ficha técnica
Título original:
Todos los incendios
Año:
2023
País:
México
Dirección:
Mauricio Calderón Rico
Reparto:
Antonio Fortier, Ximena Ayala y Ari López
Género:
Drama