¿Que es estar en soledad? ¿Porque es tan complicado estar solos? La naturaleza humana ha sido constantemente asociada a su condición gregaria, de tal forma que parece una posibilidad contra natura hallarse en soledad, ya sea en la vida cotidiana o en cualquier producto cultural, pareciera que aquellas personas que viven en soledad están condenadas a la depresión, rechazo y exclusión. La finalidad de este breve articulo es mirarla desde otra perspectiva y a su vez relacionarla con la relevancia que posee como condición ontológica; y al mismo tiempo, encontrar un camino que conecte las ideas de Schopenhauer sobre la importancia de la soledad, su relación con la vida contemplativa y a su vez con las ideas básicas de la filosofía Zen. En cierta, forma esta es una especie de apología para la condición solitaria y una oportunidad de cambiarla de ese lugar en el que constantemente se le ha puesto en occidente.
Primero, la soledad es un concepto que puede abordarse desde distintas áreas del conocimiento, a decir: psicología, sociología, antropología, biología, filosofía e incluso derecho. Sin embargo mi interés es comenzar por demarcarla específicamente en el terreno filosófico, por lo que comenzaré por ofrecer algunas ideas y las características que desde la filosofía se resaltan de la soledad. Por ejemplo: para Nietzsche la soledad es una condición por medio de la cual es posible desarrollar la creatividad y el auto-conocimiento, para él, en la soledad podemos separarnos de las tendencia sociales y cultivar el espíritu propio; por su parte para Hannah Arendt, considera la soledad como un espacio para la reflexión y el dialogo interno, lo que es posibilitante de la construcción de una relación intelectiva pero a su vez intima; Foucault concibe que la soledad puede ser usada como practica disciplinaria, advierte que es posible hacer uso de ella como herramienta de control(como en el aislamiento a una persona), pero a su vez la considera también como un espacio de resistencia a los dispositivos de poder y de posibilidad autodefinición del individuo; por ultimo para Simone Weil la soledad es un espacio vital para la oración y relacionarse con lo divino, es por medio de ella que se logra una pureza de pensamiento y una comunión con lo absoluto, esta ultima perspectiva esta muy en relación con lo que adelante se desarrollará sobre la contemplación y la filosofía Zen.
Si bien desde la filosofía se ha abordado a la soledad como una condición necesaria que contiene distintos atributos, uno de los filósofos que mas interés puso en el tema fue Arthur Schopenhauer. Para él, la soledad es una condición deseable para aquellas personas que buscan una vida mas profunda y significativa. Propone diversas cualidades de relevancia sobre la soledad: La soledad y la genialidad, él considera que las personas excepcionales requieren de tiempo y espacio alejadas de las distracciones sociales de la cultura para sembrar, germinar y hacer brotar los frutos de sus ideas y creatividad; esta idea se refleja en la siguiente cita: “La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”.
Relación entre soledad y autoconocimiento, para Schopenhauer cuando una persona esta sola tiene la oportunidad de auto-explorar su existencia misma, sus pensamientos y sentimientos; esto solo es posible al alejarse de las demás personas, puesto que la presencia social puede ser terriblemente abrumadora y ruidosa, al contrario estar en solitario permite llevar a una mayor comprensión de uno mismo y de la naturaleza del mundo, respecto a esto Schopenhauer enuncia frases como: “En soledad, el hombre es el que es; en compañía, el hombre es poco mas que un actor que desempeña un papel.
La soledad como algo preferible; para Arthur la soledad es preferible para las personas que son de naturaleza introspectiva y contemplativa. Puesto que la compañía constante es fuente de estrés y superficialidad, mientras que por medio de la soledad es posible atender a las necesidades mas profundas del espíritu y del intelecto, al respecto dice: “En soledad, el solitario consume su propia sustancia, mientras que en la sociedad absorbe la de los demás”
Después del despliegue de estas ideas filosóficas sobre la soledad puede argumentarse algo: la soledad es una de la condición necesaria ontológica, entendiendo a esta (condición ontológica)como una cualidad de la cual depende el ser, su concepto y sus propiedades trascendentales. Para Heidegger la diferencia entre óntico y ontológico es fundamental; cuando se habla de lo primero es aquello que remite a los entes en tanto entes, es decir como cosas particulares y sus características, pero siempre centrándoselas en lo factual de ellas, independientemente de su condición de: persona, cosas u objetos. En cambio, lo ontológico es el estudio del ser mismo, considerando en ello las condiciones y fundamentos que hacen posible su existencia así como su comprensión. Desde esta perspectiva la soledad es una condición necesaria de lo ontológico, puesto que es a través de la experiencia de ella es que el ente humano puede cuestionarse, reflexionarse y posicionarse no como un ente mas en el mundo sino como ser en si mismo, en términos de Heidegger el Ser-ahí(Dasein). Por lo tanto la soledad no es una experiencia humana como otras, sino que es una vía por la que el Ser se puede hacer visible a partir del silencio de lo cotidiano social.
La soledad entonces posibilita a una condición particular que ha tenido una relevancia fundamental en diversos ritos religiosos: el silencio ¿Alguna vez han permanecido en silencio por un largo periodo? Probablemente para algunas personas permanecer en silencio puede ser incomodo y para otras muy cómodo, esto depende de los efectos que el silencio produce interiormente en cada quien y la forma en la que nos relacionamos con el concepto de silencio. Es indiscutible que al permanecer en silencio no se deja de pensar, sino que se convierte en un espacio intimo de reflexión y elaboración. Esto indudablemente podría ser un tema de análisis mucho mas profundo(quizás escribiré mas adelante sobre ello), sin embargo me interesa solo resaltar la importancia del silencio como un lugar en el que cualquier persona se puede pensar a si misma. Propongo una dinámica: en este momento invito a las personas lectoras a que pongan en pausa esta lectura: 1. pongan un temporizador de 3 o 5 minutos, 2. solo permanezcan en silencio(puede ser con la vista en un punto fijo o cerrando los ojos) y se pregunten: ¿que soy en el mundo?, ¿cual es el sentido de mi existencia? Y ¿porque mi realidad es de esta manera y no de otra forma?
¿Terminaron? Retomamos, ahora bien: ¿Que pensamientos llegaron en esos minutos? ¿Hubo algunas hipótesis sobre lo que son? ¿Pudieron crear una respuesta concisa y clara sobre su existencia?, ¿encontraron el sentido de la existencia? Quizás en esos minutos pudieron o no conectar algunos puntos o incluso dar algunas respuestas, la tarea definitivamente no era sencilla y es algo que en 5 minutos seria difícil de encontrar; por eso no se preocupen, no había respuestas correctas ni incorrectas, ni buenas ni malas; lo relevante era el acto mismo de pensarse y haberse tomado unos minutos para cuestionarse su lugar en el mundo. Lo que intento demostrar es que el silencio es como una mesa de trabajo, donde se puede crear, trabajar, construir o delimitar todo aquello que pensamos y que nos constituye en tanto Ser.
La soledad y el silencio entonces nos llevan a un nuevo concepto: la contemplación. Me apoyare en algunas de las definiciones filosóficas de esta. Para Aristoteles la contemplación(theoria) es la actividad mas elevada de la mente humana, que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y el entendimiento del todo; para Tomás de Aquino la contemplación es el acto mental por medio del cual nos dirigimos hacia Dios y las realidades divinas, y por ende trascender el conocimiento racional hacia la union mística con lo divino; Plotino piensa a la contemplación como una forma de conocimiento intuitivo y no discursivo, lo considera “una union directa con el Uno”, donde se experimenta la unidad fundamental de las cosas; por ultimo para Stein la contemplación es una condición del conocimiento espiritual que conlleva a la mirada de lo interior y abrirse a lo trascendental. Por lo tanto si la soledad permite el silencio y el silencio a la contemplación es factible inferir que la soledad es el principio en el que se unen o de la que se derivan estas posibilidades desde las que nos podemos pensar de forma ontológica.
Sin embargo mi intención es dirigir la mirada hacia la relevancia de la contemplación desde la perspectiva de occidente, sino desde la visión oriental, específicamente desde la concepción en la filosofía Zen. Hay diversos conceptos que se relación con la contemplación y que se asocian a lo anteriormente desarrollado sobre la soledad y el silencio. Zazen es la practica de meditación sentada, concentrándose en la respiración y dejando que los pensamientos pasen sin apegarse a ellos, esto porque en la filosofía Zen es indispensable la presencia plena y la renuncia a los pensamientos del ego. Satori, se refiere a la “iluminación”, es la comprensión súbita y profunda de la naturaleza verdadera de uno mismo y la realidad, sin embargo es indispensable la practica del Zazen (meditación) para alcanzar Satori, de manera que la practica constante y la contemplación continua puede ser el camino para alcanzar la mayor profundidad y claridad de la realidad. Así mismo en la practica Zazen se utilizan los Koan, que son paradojas o preguntas que tienen como objetivo alejarse del pensamiento racional y encausar hacia un conocimiento mas profundo y universal, en otras palabras son enunciados que de manera no racionalizada ni lógica llevan a la verdad mas profunda. Como podrán notar cada uno de los conceptos que se han abordado se entrelazan entre si, anudando la relevancia de la soledad como una posibilidad de la contemplación y de profundización de la realidad. No necesariamente quiere decir que la soledad nos vaya a mostrar la realidad absoluta de forma ideal, pero la practica contemplativa definitivamente puede permitirnos percibir la existencia de una manera diferente a la que habitualmente se percibe. Esto porque al practicar la contemplación, el silencio y la soledad queda abierto el camino a la reflexión y el conocimiento interior y con ello quizás sea posible para cada quien alcanzar su propio Satori.
En conclusión, la soledad ha sido considerada culturalmente como una condición adversa o negativa, en tanto estar fuera de ese habito gregario, pero a su vez la soledad puede ser un lugar en el que se permita el silencio y la contemplación, y ya sea a través de la perspectiva de Schopenhauer o la tradición Zen, se puede afirmar que la soledad es una posibilidad ontológica que no significa en si alejarse propiamente como ermitaños, sino tener la capacidad de resguardar ese espacio de soledad como un lugar de autoconocimiento, autorreflexión y autoconciencia; de forma que aquella persona que lo practique será capaz de profundizar cada vez mas en el interior de su ser y del mundo en el que habita, pero para ello es necesario hacer una ruptura con los dogmas culturales occidentales y pensar a la soledad como un espacio de libertad creativa y de conocimiento. Pensarse a si mismo sin la intermediación del ruido social es algo que puede brindar una experiencia nueva sobre la realidad y el mundo. La soledad es un camino hacia el autoconocimiento y la iluminación.
Referencias bibliográficas
Arendt, Hannah. «La condición humana.» Paidós, 1993.
Foucault, Michel. «Vigilar y castigar.» Siglo XXI Editores, 2002.
Heidegger, Martin. «Ser y tiempo.» Editorial Trotta, 2003.
Nietzsche, Friedrich. «Así habló Zaratustra.» Alianza Editorial, 2006.
Schopenhauer, Arthur. «El mundo como voluntad y representación.» Alianza Editorial, 2005.
Stein, E. (1986). The Science of the Cross (H. Gelber & R. Leuven, Trans.). ICS Publications.
Suzuki, D. (1996). Budismo zen. Troquel Editorial.
Tomás de Aquino. (1947). Summa Theologica (Fathers of the English Dominican Province, Trans.). Benziger Bros.
Weil, Simone. «La gravedad y la gracia.» Editorial Trotta, 1993
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