Demon slayer – El castillo Infinito

En nuestra actualidad el anime se ha vuelto un fenómeno cultural que ha roto con las barreras y los estigmas de la idea arraigada en occidente del consumo de animación, como un producto exclusivamente para las infancias. Las animaciones japonesas definitivamente tratan temas de todo tipo y para todas las edades. Kimetsu no Yaiba (Demon Slayer) es un anime que nos cuenta la historia y travesía de Tanjiro Kamado y su hermana Nesuko, que tienen que lidiar con un mundo plagado de demonios y luchar contra los planes de Muzan Kibutsuji, el líder de los demonios. La película “el castillo infinito” es un conjunto de peleas entre los cazadores más experimentados y los demonios más poderosos de la historia. Sin embargo, más allá de la fantasía y de las peleas que hay en la película el tuétano narrativo está en los vínculos entre los personajes, es una constante que durante toda la historia se mantiene. Y en este caso vemos aún más la relevancia de estos vínculos. ¿Porque las personas formamos vínculos? La relación entre un  “yo” y un otro es una interacción orgánica, que se está resignificando constantemente y que  se puede fortalecer, como se puede debilitar. Pero al mismo tiempo, esos vínculos son determinantes en la forma en la que nos dirigimos moralmente, me refiero a que con esas interacciones también determinamos nuestro lugar moral en el mundo y desde ese lugar construimos la forma de “estar en el mundo”, como diría Heidegger. 

Uno de los personajes principales es Akasa, que es el tercer demonio más fuerte de las Lunas Crecientes, este tiene una historia previamente conocida por la película anterior en la cual en frente de Tanjiro derrota y mata a Rengoku. Es por eso que en esta entrega la pelea entre Tanjiro(intentando vengar a su maestro) y Akasa, se convertirá en parte fundamental de la historia, nótese que ese es un vínculo en el que todo está mediado por el odio y el deseo de vengar la muerte de Rengoku, pero la misma historia, nos permite ver que la historia de Akasa y las relaciones de su vida fueron una determinante para que tomara las decisiones que tomó. Es una  de esas historias en las que la perspectiva sobre el personaje está cambiando constantemente y donde la forma de pensar la vida de alguien no se resume a esas clasificaciones infantiles de si algo es “bueno” o “malo”. Las historias son como cuadros en los que siempre hay matices. Los animes o animaciones japonesas son uno de esos lugares en los que podemos encontrar historias con tantos matices como colores en un cuadro de Rembrandt o Monet. 

Reseña: