Dolor y gloria

“Dolor y Gloria” es una película íntima inspirada en la propia vida de este director español, donde se disecciona a sí mismo sin miedo a ahondar en sus propios demonios, convirtiendo su vida en la inspiración para la creación de una obra arte. Lo hace a través del personaje Salvador Mallo escenificado por Antonio Banderas y con las actrices Penélope Cruz y Julieta Serrano, como la madre en dos facetas de su vida, este elenco maravilloso convierte a esta película en un develamiento no solo de la vida del cineasta, si no de la vida en si misma, de lo que una enfermedad pueden encubrir de un malestar emocional del pasado que cobra factura si no escuchamos la voz de nuestra psique.

En la historia vemos al protagonista con su dolor en el cuerpo, con una enfermedad crónica que cada vez le provoca cansancio y agotamiento que le impide realizar su trabajo como cineasta, a raíz de ir atendiendo con el médico, se va enfrentando con recuerdos de su pasado y con su malestar emocional, como parejas, conflictos con colegas de trabajo y sobre todo con su primer amor, su madre.

Estas dolencias van desencadenando el sufrimiento que había encubierto de su pasado y poco a poco Salvador se ve dispuesto a reencontrarse con sí mismo, después de coincidencias fortuitas que van cerrando las heridas de su alma, lo llevan a poder sublimar y crear inspiración para realizar una nueva película de su propia vida.

En la actualidad posmoderna y de pandemia nos vemos confrontados en un sentido de urgencia y confrontación con nosotros mismos, y sobre todo con nuestros fantasmas.

Es por eso que hay que apalabrar, darle su lugar merecido a nuestra palabra, a nuestras dolencias psíquicas, lo que no se habla se expresa de alguna manera, a veces a través del cuerpo, lo que calla nuestra mente, nunca muere, y sale de peor forma en el sujeto, como lo vemos en la vida de Almodóvar representado por Salvador en esta gran historia.

Reseña: