Para reflexionar… Will Smith y Chris Rock

En los últimos días hemos escuchado diferentes opiniones sobre el acto de violencia del actor Will Smith contra el comediante Chris Rock en la ceremonia de entrega de los premios Óscar (2022), situación que ha permitido profundizar en la condición que se vive en la actualidad con respecto al lazo social, debido a que, por un lado observamos a un hombre impulsivo, intentando defender a su esposa y, por el otro, la violencia simbólica, particularmente, la burla como instrumento de agresión en contra de una mujer que padece alopecia.
Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo la sociedad actual a través de los medios masivos de comunicación, incluidas las redes sociales, en su mayoría reprueban el acto de violencia física que cobra protagonismo, pero poco se cuestiona la violencia verbal-estética, la cual manifiesta a través de la burla: el odio, la discriminación y la humillación hacia las mujeres. Es decir, se recurre al recurso de la “comedia” para mofarse del aspecto físico de Jada Pinkket frente a todos y todas, mismos que se convierten en cómplices de la agresión cuando se ríen o guardan silencio…Acto normalizado.
Lo anterior muestra como la estética dominante se edifica como un valor social, condición que posibilita los mandatos culturales sobre lo que se espera de las mujeres como objeto-imagen, situación compleja, sobre todo, si es negra, porque estará expuesta a ser juzgada y violentada.
No obstante, se observa que la gravedad de la situación ha pasado inadvertida para la Academia y, en general para la sociedad, en cuanto a la agresión en contra de Jada; sin embargo, millones de mujeres viven a diario violencia, producto de los cánones de belleza dominantes, situación que queda invisibilizada frente a las narrativas y actos de un sistema machista y patriarcal.

Al parecer quedarse en una narrativa moralista, entre lo que está bien y mal, deja de lado un análisis más profundo sobre la desigualdad, la discriminación y el ejercicio del poder entre hombres y mujeres; además de que la violencia en sus múltiples tipos produce sufrimiento psíquico y social.
Finalmente, la situación que se vivió en los premios resulta paradójica y confirma los hallazgos de Freud (1930) cuando dice que “quienes prefieren los cuentos de hadas hacen oídos sordos cuando se les habla de la tendencia nativa del ser humano a la maldad, a la agresión, a la destrucción y también, por ende, a la crueldad”, por lo tanto el evento como producto de la cultura pudo ser el resultado de la sublimación de las pulsiones de muerte, mismas que son difíciles de domeñar y salen de diferentes formas, ya sea a través de la burla o de la agresión física. Dar lugar a la palabra permite la tramitación de los conflictos, escollo pendiente para la humanidad.