Psique y Cine: La nave del olvido
«Llegar a vieja y recién sentirme así»
“No se nace mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de femenino”. Simón De Beauvoir.
Película que aborda por un lado la búsqueda de la libertad personal y por el otro enfrentarse a sí misma a reconocer sus propios deseos. Habla de una mujer, que ha cumplido toda su vida con su rol social, con su “labor como mujer”, como esposa, como madre. Con un rol social, es decir, en el ámbito social, la mujer desempeña un papel fundamental, como un pilar en la familia, como una compañera en la vida y como una fuerza motriz en la comunidad.
Claudina va poco a poco empoderándose, a lo largo de las experiencias que se atreve a vivir a pesar de ese momento al quedar viuda, pareciera que socialmente ya no quedan posibilidades, solo estar a cargo de su hija, cuidar al nieto, y dejar que llegue la vejez.
La historia transcurre en un pueblo llamado Lautaro, donde se avistan naves espaciales de origen desconocido, Claudina – una mujer de 70 años que queda viuda y sin recursos, encuentra en Elsa (vecina de su hija), una desprendida mujer, con ideas de libertad, con disfrutar de su cuerpo y su sexualidad, Claudina queda sorprendida y dispuesta a experimentar algo diferente al rol social que había estado desempeñando.
Ver y disfrutar esta película, permite reconocer y dar un lugar a las mujeres que no pueden liberarse de su rol social. Menciona la autora que, para ella, esta película “Nace desde la urgencia que tenía. Nace al ver a las mujeres de mi vida, cumpliendo su mandato femenino, este decreto patriarcal en el que tenían que ser madres, esposas y nunca cuestionaron ni se preguntaron por sí mismas. Nadie les daba esa posibilidad”.
Identificar su identidad y orientación sexual y poder decir “Soy lesbiana”, “Me gustan las mujeres”, es poder liberarse, y al mismo tiempo penar en tantas mujeres silenciadas, tantas lesbianas invisibilizadas que no pudieron vivir su verdad por miedo al qué dirán. Entonces, la película nace como una respuesta a eso y ante un recordatorio sobre el vivir el espacio de la libertad y respeto con el resto, con aquellas que no han tenido el atrevimiento, o no lo han identificado.
Claudina va descubriendo con ese encuentro con Elsa, que ella disfruta del acercamiento íntimo, da la impresión que por primera vez disfruta de su cuerpo, que, aunque se sorprende, al mismo tiempo no es una sorpresa, ya lo había identificado, su gusto y su orientación que tuvo que silenciar, imponiéndose su rol social y cumpliéndolo. Tal vez trasmite emocionalmente que no fue feliz, algo faltó.
Con Elsa descubrió que su cuerpo disfrutaba y se podía emocionar y talvez hacer o cumplir con sus planees o deseos, uno de ellos conoce diferentes lugares. También tiene un encuentro con un amigo que maneja una casa, donde se puede expresar los hombres su homosexualidad, y donde el dueño, amigo de Claudina dice ser feliz, ahí en su casa, pero que no se atreve a salir de esas paredes porque siente que lo van a rechazar. Hay una escena donde Claudina lo anima a salir, pero al chocar con un transeúnte, este reclama, el amigo se va corriendo a refugiarse a su casa donde todo es permitido.
Por otro lado, la postura homofóbica de la hija Ale, muestra la oposición a su amistad, preocupada por los comentarios maliciosos de la vecindad que de la nueva alegría de su madre y a la homofobia socializada muestra su rechazo hacia su madre, como si fuera un capricho de Claudina.
Al final da la impresión que todos lo que la rodean deciden quedarse donde están, Clauidina no, ella decide hacer algo diferente, “desear” sin tener que dar cuentas a nadie. Desear como algo creativo, libre, en busca de…
El tema que es de interés de esta película es sobre lo femenino, dese el psicoanálisis es importante pensar que durante las décadas de 1920 y 1930, el asunto de la sexualidad femenina desde diferentes posiciones teóricas. A este período de la historia del psicoanálisis, a sus inicios, se le abona el haber despertado en la cultura de Occidente el interés por lo femenino, por el cuerpo de la mujer, al abordar con ahínco la emergencia florida de la histeria. Asunto nunca antes tratado con tanto interés por ninguna disciplina, ni por ningún otro discurso.
Fue a través de sus síntomas histéricos como la mujer llamó la atención sobre su cuerpo; la histeria destituye el saber médico, altera las leyes de la ciencia neurológica al señalarles su error, y a los mapas de la sensibilidad y de la motricidad del sistema nervioso, los “altera”. Inclusive fue ese cuerpo femenino el que, subvirtiendo el saber médico, fundó el psicoanálisis.
Para el psicoanálisis la sexualidad femenina se organiza en torno al falo, entendida como una carencia y envidia del pene. Complejo de inferioridad, una castración consumada que implica ser un “Otro”, una bisexualidad, pasividad, masoquismo y la maternidad como la verdadera salida a la feminidad. Y que se ha hecho cumplir a través del patriarcado.
Los avances y desarrollo por diferentes autores a partir de la obra de Freud, se han generado diversas explicaciones o discursos acerca de lo femenino y su sexualidad. En la actualidad, muestra otras maneras de entender la psicología femenina. No determinada por la sobrevaloración del otro o por el miedo o la resignación sino por el reconocimiento y valoración de la propia persona y del otro en su diferencia.
La propuesta lacaniana inscribe lo creativo en la estructura del lenguaje haciendo referencia a la sublimación y a una posición femenina presente tanto en sujetos masculinos como en sujetos femeninos. No de uso exclusivo de las mujeres. En la teoría lacaniana no existe por tanto ni la sexualidad femenina, ni la masculina. Existen las posiciones femeninas o masculinas de la sexualidad del mismo sujeto, tanto en lo discursivo como en lo erótico, sea este un hombre o una mujer. Existe la posición femenina o masculina del sujeto en el uso del significante y del deseo.
De ahí podemos cuestionarnos:
¿Cuál es la posición de Claudina?
¿Cómo se estableció su feminidad y su sexualidad femenina a partir de su historia de vida”
¿Cómo se estructuro en su psiquismo los significantes que le fueron dados a través del discurso y su deseo?
Ficha técnica
Título original:
La nave del olvido
Año:
2020
País:
Chile
Dirección:
Nikol Ruiz
Reparto:
Rosa Ramírez, Romana Satt, Gabriela Arancibia, Claudia Devia, Raúl López Leyton y Cristóbal Ruiz.
Género:
Drama, Romance
La nave del olvido