La Transitoriedad
Hoy hace 83 años murió el padre del psicoanálisis. El genio Sigmund Freud nacido en Freiberg, Moravia, provincia del Imperio Austriaco. Su nacimiento fue en la calle Schlossergasse, hoy llamada Freudova. En la actualidad Freiberg se llama Pribor y pertenece a la República Checa.
Su vida fue fructífera y su obra, vasta. Freud cambió con su pensamiento e ideas originales la concepción de lo humano, de los conflictos psíquicos y de los vínculos con los demás a partir de su postulación del inconsciente.
El Maestro vienés murió un día como hoy en Hampstead, Londres, Reino Unido de cáncer de laringe a los 83 años de edad; coinciden en esta fecha sus años de vida y los años que lleva de haber muerto. Larga vida, más aún para aquellos tiempos.
De no ser por la persecución nazi a los judíos, Freud seguramente hubiera terminado sus días en su amado Berggasse 19, en Austria, pero la Guerra es cruel. Freud vivió la primera y toda la preparación e inicio de la segunda.
A pesar de eso y basándonos en su legado y sus palabras, podríamos asegurar que de cualquier manera, para Sigmund Freud la vida valía la pena de ser vivida.
Ahora mismo, nuevamente, estamos en tiempos de Guerra, sin embargo, tal como afirma el padre del psicoanálisis en su libro/poesía, La Transitoriedad:
“Lo construiremos todo de nuevo, todo lo que la Guerra ha destruido, y quizá sobre un fundamento más sólido y más duraderamente que antes”. Ojalá sea así.
Recordamos con estas palabras el aniversario luctuoso de una de las grandes figuras intelectuales del siglo XX y al que además tenemos en alto aprecio y admiración.