Psique y Cine: La vida me supera

Hoy más que hablar de una producción fílmica, quiero centrarme en una forma de silenciosa protesta, cuando la palabra aminora, el cuerpo grita, aunque sea desde el sopor.
La vida me supera nos muestra un fenómeno de salud que está atacando a la infancia y adolescencia inmigrante en calidad de refugiados en Suecia y nos preguntamos cómo puede ser que un país considerado de bienestar general, ya que tiene en promedio mejor desempeño en empleo, educación, salud, calidad medio ambiental, relaciones sociales, compromiso cívico, seguridad y satisfacción ante la vida.
Insisto cómo es posible que ante tanta satisfacción, la vida pueda superar. Parece que a partir de 1998 y hasta hace muy poco, en Suecia cientos de niños refugiados caían en un estado comatoso sin explicación aparente, pero si los vinculan ciertas características entre ellas, los estados traumáticos que ofrece la guerra.
Para mayor identificación a esto se le comenzó a denominar «Síndrome de Resignación», dicha palabra advierte: Aceptar situaciones ante las cuales a pesar de luchar no se puede hacer nada. Es decir, ha habido un intento de elaboración psíquica fallida para tratar de salir de esa situación. La vida para estos niños ya no ofrece seguridad.
Por lo tanto los menores no cuentan con los recursos emocionales suficientes para asumir su realidad, como no han podido gestionar el caos del cual provienen, acuden a la evasión (el coma), con la intención de gestionar su caos interno en aras de alcanzar la paz y la tranquilidad, después de haber vivido en el trauma.

Freud diría que el trauma se vincula al flujo de excitaciones excesivas en relación con la tolerancia del aparato psíquico tanto si se trata de un único acontecimiento muy violento como de una acumulación de excitaciones, cada una de las cuales, tomada aisladamente sería tolerable, falla ante todo el principio de constancia, al ser incapaz el aparato mental de descargar la excitación.
El síndrome de resignación es un síndrome que afecta a niños y adolescentes. Los médicos explican como los niños no padecen ningún problema físico ni neurológico y los primeros síntomas son la apatía, la depresión y el aislamiento del resto de la sociedad.
Después, los niños dejan de hablar, de comer y beber, incluso de ir al baño, hasta que dejan de responder a los estímulos y entran como en un sueño profundo del que no despiertan.
Tal vez el anhelo de esos menores es regresar a la seguridad que ofrece el vientre materno, para tramitar la destruida pulsión de vida, con la promesa de un mejor despertar.
¡Por favor véanla!
Ficha técnica
Título original:
La vida me supera
Año:
2019
País:
Suecia
Dirección:
John Haptas y Kristine Samuelson
Reparto:
Género:
Documental