Un 7 de septiembre de 1946 se llevó a cabo la primera transmisión televisiva en blanco y negro en México.

La primera transmisión en blanco y negro en México se llevó a cabo el 19 de agosto de 1946, desde el cuarto de baño de la casa número 74 de las calles de Havre en la capital de México, donde vivía el Ingeniero Guillermo González Camarena. Fue tal el éxito, que el 7 de septiembre de ese año, a las 20:30 h, se inaugura oficialmente la primera estación experimental de televisión en Latinoamérica; XE1GC. Esta emisora transmitió los sábados, durante dos años, un programa artístico y de entrevistas.
La importancia del descubrimiento o invención de la televisión (1926), reside en convertirse en un medio de comunicación masiva, donde la mayoría de los ciudadanos del mundo están expuestos a ella, cumpliendo el objetivo de adoctrinar, influenciar y entretener al público. Con sus retransmisiones ofrece información, entretenimiento y culturalización. Sin embargo, se aprecia esta invención desde dos puntos de vista: como la caja tonta o como un buen medio de comunicación.
Lo que es indiscutible acerca de este medio masivo de comunicación es que atrapa a las grandes masas desde la imagen y el sonido, es decir, desde lo que se mira y se escucha, atraviesa la construcción subjetiva del sujeto. Foucault explica que los discursos de los diversos dispositivos de poder y control están presentes en los individuos a lo largo de su vida, estos dispositivos hacen referencia a las instituciones, hospitales, ejercito, iglesia; discursos que sustentan el poder/saber de la ideología dominante, producen formas de subjetividad, los dispositivos constituirán un modo y forma de ser. Construyendo en los sujetos una forma de explicarse la realidad y de interiorizar reglas, de crear necesidades, prioridades, etc. Los medios de comunicación cumplen con esa función.

El televisor es un aparato receptor que ha sido integrado a la dinámica y vida familiar, lo que refuerza el poder de sus contenidos que penetran a niveles inconscientes. Un ejemplo es el éxito de las telenovelas que se apoyan en un contenido no real y tienen una base real que las hace factibles y no solo ilusión. Tal presentación de la «realidad» transmite una visión de significados determinantes, modelos identificatorios, caminos de éxito y de logro de satisfacciones, muestra formas de premios y castigos, modelos de «salud mental» y de conductas normales, etc., todo ello como expresión de «realidad» a la que es preciso ajustarse para no estar del lado de lo «raro», lo «loco», lo peligroso, lo «malo», etc.
En la actualidad hay saturación de información, estamos inmersos en la radio, televisión, celulares, computadoras, redes sociales, etc. Byung Chul Han menciona que este fenómeno aturde, fragmenta y deja sin sentido a la realidad, todo se vuelve eco de sí mismo y ya no se escucha la voz del otro, ni la interna, de una experiencia distinta, todo cae en lo igual. No se produce una diferenciación, y quizá la masa ya no la desee.
“Los medios de comunicación masiva:
le dicen al hombre de masa quién es,
le prestan una identidad; le dicen qué quiere ser, le
dan aspiraciones; le dicen como lograrlo le dan una
técnica; le dicen cómo puede sentir que es así,
incluso cuando no lo es: le dan un escape” (Wright Mills, 1957).