Quienes prefieren los cuentos de hadas hacen oídos sordos cuando se les habla de la tendencia nativa del ser humano a la maldad, a la agresión, a la destrucción y también, por ende, a la crueldad.
(Freud, S.)
El creador del psicoanálisis muere un día como hoy 23 de septiembre, pero de 1939, a los 83 años de edad en Londres, Inglaterra.
Freud fue un médico neurólogo de origen judío, quien dedicó su vida a la investigación de la mente; entre sus hallazgos se encuentra el estudio de lo inconsciente; es decir, algo que está más allá de la consciencia y que hasta el siglo XIX era lo que dominaba en la ciencia positivista; sin embargo, el espíritu del padre del psicoanálisis tan involucrado en el pensamiento científico de la época, se abocó a dar sustento teórico y metodológico a la disciplina en construcción, y en ese tránsito descubre el deseo inconsciente, la sexualidad infantil, el sin sentido de los sueños y de los síntomas; las pulsiones de vida y muerte, entre otros; situación que para el contexto victoriano podría considerarse como subversivo, ya que iba a contrapelo de las ideas dominantes.
De igual forma, otra de las grandes aportaciones de Freud se dirigió a la clínica, estableciendo una nueva forma de atender los síntomas o los padecimientos, desarrollando una técnica psicoterapéutica basada en la asociación libre; es decir, en la palabra a partir de una escucha libre y flotante. Lo anterior, se fue construyendo en sus primeros trabajos sobre la histeria en el año 1880, donde se puede observar la trascendencia de esto, cuando una de sus pacientes, Ana O, le dijo: “Cállese, no me interrumpa, déjeme hablar”. Así vemos surgir el método de la cura por la palabra. Fue necesario que el médico se descolocara de su posición de saber-poder, para escuchar la palabra de la paciente; lo cual constituye uno de los fundamentos de la clínica psicoanalítica.
Freud fue un hombre apasionado por el conocimiento, la ciencia, la cultura y los idiomas; dedicado hasta sus últimos días de vida a la investigación y la clínica, por lo que su legado revolucionó la forma de estudiar y comprender al ser humano. Además, tuvo una gran influencia, no solo en la psicología, sino en la filosofía, la literatura, la poesía, la política, el arte y el lenguaje durante el siglo XX.
En 1938 tuvo que salir de Viena, debido a que sus teorías atentaban en contra del régimen NAZI, por lo que sus libros fueron quemados y sus hermanas llevadas a los campos de concentración, teniendo que huir a Londres con la ayuda de su amiga Marie Bonaparte.
En sus últimos años, Freud padeció de cáncer de paladar por lo que su condición física se vio afectada por el dolor; sin embargo, continúo investigando hasta su muerte en 1939.
Su legado continúa a partir de su deseo por el saber acerca de la condición humana; nos enseñó que la transmisión del psicoanálisis no es una reproducción, algo acabado u obturado; sino un proceso de elaboración permanente que implica dudar, preguntarse, cuestionar y darle lugar a la palabra como una manera de aliviar lo ominoso en lo humano.
Referencias
Freud, S. (1992). Presentación autobiográfica. Inhibición, síntoma y angustia. ¿Pueden los legos ejercer el análisis? y otras obras (1925-1926). En: Obras completas, volumen XX. Amorrortu.
Freud, S. (1992). El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras (1927-1931). En: Obras completas, volumen XXI. Amorrortu.
Freud, S. (1992). Más allá del principio de placer. Psicología de las masas y Análisis del yo y otras obras (1920-1921). En obras completas, volumen XVIII. Amorrortu.