
La película plasma la historia de Pilar y Antonio. Ella huye de su casa llevando consigo a su hijo, debido a que Antonio su esposo la maltrata de modo físico, verbal y psicológico. Al llegar a casa de su hermana Ana, esta la acoge y le consigue trabajo para que Pilar y su hijo puedan subsistir.
Al siguiente día de la llegada de Pilar a casa, Ana acude al domicilio de su hermana a recoger ropa y otros elementos necesarios, al llegar al lugar encuentra un desastre en la cocina producto de la discusión que Pilar y Antonio habían tenido la noche previa. Ana, entra a la recámara de su sobrino y al estar recolectando la ropa, halla informes y recetas médicas de Pilar, donde decían los supuestos y múltiples accidentes que había sufrido, dejándole ver la violencia de la cual su hermana era víctima.
Antonio por su parte ingresa a un grupo de terapia psicológica, la cual le sirve para volver con Pilar, quien cree nuevamente en él y decide regresar a su lado, a pesar de las advertencias de su hermana Ana, a quién Pilar le dice que “la deje vivir su vida”. Por su parte, Antonio lleno de celos e inseguridades, vuelve a ser el mismo hombre que Pilar dejó, al grado que, durante otra discusión le arranca la ropa y desnuda la saca al balcón para exhibirla.
Al siguiente día, llega Antonio a casa y observa en ella una conducta de indiferencia, la cual él no puede soportar, diciéndole que si lo abandona se quitará la vida, ella continúa limpiando un plato si mirarle, así que Antonio se corta las venas de manera superficial en la cocina frente a Pilar. Ella lo auxilia y lleva al hospital donde se queda internado.
Pilar se queda en casa de su hermana esa noche, y ahí concluye que no puede volver con Antonio, que necesita “verse”, pero le era difícil porque “sus ojos se los había dado a Antonio”. Finalmente Pilar, con ayuda de dos amigas de su trabajo, acude a su casa a recoger sus cosas y las de su hijo para por fin dejar a Antonio, quien desde su ventana sólo la observa irse.
Este film nos plantea una perspectiva de la violencia de género muy común en nuestros días. Plantea una historia no de amor, sino de miedo, de control y de poder. La intención de la directora al crear esta película, era responder a una serie de preguntas fundamentales sobre el tema de la violencia de género ¿Por qué una mujer soporta una media de diez años junto a un hombre que la maltrata? ¿Por qué no se va? ¿Por qué no sólo no se va, sino que incluso algunas aseguran seguir enamoradas?
Estas y otras preguntas pueden ser respondidas desde el psicoanálisis, permitiéndonos comprender no solamente los motivos que tiene una mujer para quedarse, sino también nos ayuda a pensar en los que tiene el agresor para el maltratar. La violencia es una conducta que genera un trauma de alto impacto en el sujeto que la sufre, dando como resultado que las emociones como el miedo, la culpa y el terror al abandono, sobrepasen la capacidad reflexiva y racional.
En relación a esta película pueden analizarse infinidad de aspectos, comenzando por la idea del “amor”, que a menudo se confunde o se cree, que va de la mano con la dependencia y la posesión. Lo cierto es que, “amor” “dependencia” y “posesión” son palabras que no deberían estar en una sola frase, a la hora de definir ¿qué es el amor?
Ficha técnica
Título original:
Te doy mis ojos
Año:
2003
País:
España
Dirección:
Icíar Bollaín
Reparto:
Laia Marull y Luis Tosar
Género:
Drama social