Todo a la vez en todas partes

“Todo a la vez en todas partes” (Everything Everywhere All at Once) fue una de las películas sorpresa de 2022 superando los 100 millones de dólares en la taquilla. Dirigida por “Los Daniels” (Dan Kwan y Daniel Scheinert), logran combinar una gran historia llena de fantasía con situaciones o problemáticas existenciales. 

La película es protagonizada por una familia migrante chino-estadounidense quienes administran una lavandería. La familia está conformada por Evelyn (Michelle Yeoh), su esposo Waymond (Jonathan Ke Quan), su hija Joy (Stephanie Hsu) y el abuelo Gong Gong (James Hong). Ellos tendrán que enfrentarse y descubrirse en universos alternativos (Alphaverse) los cuales nos plantean en realidad sus problemáticas familiares y personales. 

Dividida en tres partes, la historia se desata cuando Evelyn está a punto de tener una crisis provocada por las problemáticas familiares y sus problemas económicos. En el filme los accesos a los otros universos paralelos es a través de acciones absurdas, que “razonablemente” uno no haría. Desde una mirada psicoanalítica podemos pensar en esos actos fallidos que cometemos de manera inconsciente pero que muestran nuestros verdaderos deseos. En el caso de de Evelyn, sin duda, el entrar y salir de los alphaversos nos deja entrever su molestia de estar siendo auditada por un negocio que ni siquiera le apasiona. 

El objetivo de que ella se encuentre saltando de multiversos es porque quieren que derrote a Jobu Tupaki (alterego de Joy) quien amenaza la estabilidad de todos los universos. Pero más allá de esta increíble historia llena de fantasía, el filme relaciona todo el odio, enojo e ira de Jobo Tupaki es causado por el tipo de relación y vínculo que tiene con su madre. Evelyn, no acepta la relación amorosa que Joy tiene con Becky y presente a esta sólo como la amiga de su hija. 

Este conflicto con la madre, es lo que empuja y crea el caos en los multiversos que nos permite pensar en cómo experimenta el personaje de Joy la exclusión y falta de aceptación por su madre por tener una pareja del mismo sexo. Las luchas entre ellas sólo son un reflejo de sus propios conflictos y heridas; no sólo entre ellas si no también el pasado y la relación de Evelyn con su padre, ya que han dejado registro en su propio ser y estar con ella y con el mundo y que poco a poco irá comprendiendo a través de los recuerdos que generan los saltos de universo. 

En el transcurso de las tres partes de la historia Evelyn se irá dando cuenta de cómo su forma de ser con su hija ha fracturado su vínculo. Una metáfora de cómo las cosas que se escapan de nuestro entendimiento tienen un sentido mucho más profundo anclado a nuestra historia. En la última parte, durante la gran batalla que llevará a la destrucción del alter ego de Joy los otros personajes que pelean contra Evelyn son “derrotados” cuando acceden a sus recuerdos y comprenden de cierta manera qué los hace sentir mejor y de dónde principalmente provienen sus malestares o enojos. 

El final de la película puede ayudarnos a cuestionarnos los ideales de familia que existen, los prejuicios en los que seguimos inmersos como sociedad y la importancia de poder comprender nuestros conflictos internos para poder mejorar nuestras relaciones y vínculos con los otros pero principalmente con nosotros mismos. Una gran película que con la ficción nos muestra problemáticas sociales y cómo podemos llegar a sentirnos internamente, un reflejo del caos que Joy provoca y la autodestrucción que ella quiere.

Análisis: