Psique y Cine: Triángulo
“La repetición es la forma básica de no poder tener porvenir”
W. Baranger
¿Alguna vez viviste una situación que te hizo pensar “ojalá pudiera repetir todo de nuevo para hacerlo diferente/mejor esta vez”? Sin duda ésta parecería una idea en apariencia muy atractiva, pero ¿podría convertirse en una eterna tortura si no entendemos qué es lo que nos hizo actuar de cierta manera la primera vez?
Bajo esta premisa presentamos la película “Triangle”, misma que comienza con imágenes inconexas una mañana de sábado en la que Jess (nuestra protagonista), quien es una joven madre soltera, está atendiendo a Tommy, su hijo autista. En dichas imágenes la vemos ocupada intentando calmar a Tommy de una crisis de pánico; luego recogiendo la ropa del jardín; limpiando pintura del piso; poniendo un enorme bolso en el maletero de su auto y, finalmente, conduciendo fuera de la ciudad. Tras lo anterior, Jess llega al muelle actuando un tanto extraña, notándose perturbada y ante el cuestionamiento de si quiere cambiar la fecha de su paseo por parte de Greg (un cliente del restaurante donde trabajaba, quien la invita a pasear en su yate, el “Triangle”), ésta le dice que no y que si quiere que zarpen, por lo que acompañados de Víctor; Sally y su esposo Downey; además de una amiga de estos, Heather, se hacen a la mar, indicando en algún momento que su hijo no los acompaña ya que se encuentra en la escuela. Ya a bordo de la embarcación, vemos que Jess despierta de una siesta refiriendo que tuvo una terrible pesadilla, y posteriormente, logra incorporarse para comenzar a compartir algunos momentos de plática con los presentes. Todo parece transcurrir plácidamente hasta que el viento cesa completamente dejándolos varados, razón por la cual Greg intenta comunicarse con el guardacostas, pero la transmisión de una mujer hace interferencia, siendo el mensaje difuso y solo se entiende que alguien la quiere asesinar y ya ha matado a otros. Intentando descifrar si ir en auxilio de dicha persona y/o qué hacer para salir de la situación en la que se encuentran, repentinamente una extraña tormenta vuelca la embarcación, haciendo que Heather se pierda en el mar y el resto quede a la deriva en los restos del yate. Momentos después, aparece un enorme trasatlántico, al cual se ven obligados a abordar para intentar obtener ayuda. Comienzan a recorrer el interior en busca de tripulantes o pasajeros, pero la gigantesca nave parece vacía y comienzan a notar algunos sucesos extraños como que todos los relojes del barco, y el de Jess, se han detenido a las 8:17, además de que hay comida fresca en el gran salón y convocatorias a una sesión teatral para esa misma tarde. Inmediatamente después de abordar, Jess se muestra cada vez más desconcertada y por fin le confiesa a Greg que desde que apareció en el muelle tiene una sensación constante de haber vivido esos hechos anteriormente. Pronto todos los sobrevivientes se verán sometidos a una caza indiscriminada por parte de alguien que irá matándoles uno a uno, y Jess, sin saberlo, tiene la llave que puede acabar ese horror.
¿Pero cómo se relaciona esta historia con nuestro planteamiento inicial sobre las repeticiones y con Sísifo?
Antes de intentar responder esta pregunta y, primero que nada, es momento de que tomes una decisión: si sólo quieres quedarte con la sinopsis de la película, este es el momento de dejar de leer el resto del artículo. Por el contrario, si quieres conocer más sobre el tema que hemos planteado de inicio y aún no has visto la cinta, este es el momento de hacerlo para que después puedas seguir leyendo sin correr ningún riesgo de spoilers. Adicionalmente, nos gustaría que una vez que conozcas la historia, nos puedes ir acompañando en una suerte de interacción por medio de la lectura conforme vamos desarrollando el planteamiento del tema y, al final, esperamos que también te animes a escribirnos en nuestra página de Facebook para conocer tus opiniones 😉.
Pues bien, una vez dicho esto, partamos entonces con la siguiente frase de Freud (1914): “…el analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace” (p. 151-152).
Al mismo tiempo en que Jess le confiesa a Greg que tiene la impresión de reconocer ese buque y que ya ha estado ahí antes, el grupo descubre una foto vieja del buque de 1932, momento en que explican de donde viene el nombre del barco “Eolus” (Eolo), quien fuera dios del viento y padre de Sísifo, siendo este último castigado por los dioses por burlar a la muerte (entre otras cosas) con una tarea sinsentido durante toda la eternidad. Inmediatamente después escuchan un ruido y al intentar descubrir quien lo hizo, Víctor descubre en uno de los pasillos un llavero, que Jess reconoce como suyo y que tiene incluso una foto de su hijo, pero ¿cómo ha llegado hasta ahí si apenas abordó?
Tratando de responderse a sí misma el por qué tiene la impresión de ya haber estado ahí, Jess ve de repente una fugaz figura reflejada en un espejo, por lo que Víctor corre tratando de descubrir quién es. Al mismo tiempo, Greg y Jess salen del gran salón tratando de llegar al puente, sin embargo, escuchan ruido en uno de los camarotes. Al entrar, se ve una imagen triplicada de Jess al reflejarse en 2 espejos, dejándonos vislumbrar desde ahí que la trama de “triángulo” comienza a revelarse; acto seguido, Greg y ella encuentran un mensaje escrito con sangre sobre un espejo. Greg lo ignora y al ser cuestionado por Jess sobre ello, éste le dice —“¿acaso no vez que todo está en tu cabeza? Los barcos no aparecen de la nada, tienen capitanes…en tu mundo quizá no…”— a lo que Jess le contesta que “su mundo” está afuera de la escuela esperando a que su mamá llegue por él (¿Acaso esto nos está dejando ver que todo lo que está ocurriendo en la trama sólo está pasando en la cabeza de Jess? ¿Se trata todo de una fantasía?). Más tarde, Jess regresa al gran salón para intentar salir del barco. Sin embargo, en ese momento regresa Víctor con una herida en la cabeza y trata de estrangular a Jess, pero cae muerto. La misma suerte correrán después Greg y la joven pareja, que también habían culpado a Jess, aunque ellos mueren acribillados a tiros de escopeta por un desconocido que viste un overol y que cubre su cabeza con una bolsa de lona. Es así como Jess huye aterrada por los pasillos y sale a cubierta, donde lucha con el asesino y sale victoriosa. Pero antes de caer al mar el encapuchado, que en realidad en ese momento descubrimos que es una mujer, le grita —“Es la única forma de volver a casa. Tienes que matarlos”—
Cuando aparentemente Jess ha quedado a salvo, comienza a escuchar gritos y se acerca a la orilla del barco para ver de qué se trata. Es aquí cuando ve llegar nuevamente los restos del yate “Triangle” con todos sus compañeros de viaje, incluida ella, quienes vuelven a abordar el “Eolo”. La protagonista decide permanecer oculta, advirtiendo cómo fueron ocurriendo los eventos (ahora en tercera persona) y comprende que todo se está repitiendo y que es ella la causante de los hechos. Es aquí cuando la cinta nos permite dar cuenta de que todo se trata de un complicado bucle que se repite hasta el infinito (como el castigo de Sísifo): Jess y sus amigos están condenados a naufragar, subir al “Eolo” y ser asesinados una y otra vez por la propia Jess. Durante el desarrollo de la película, observamos los hechos desde tres perspectivas diferentes, que corresponden a tres Jess diferentes (la víctima, la observadora y la asesina) en tres diferentes tiempos (presente, pasado y futuro), interactuando todas estas ramificaciones con los mismos hechos en un tiempo que, a vista del espectador, avanza, pero para nuestra protagonista, simplemente parece ir dando vueltas en una espiral sin fin y enloquecedora. A pesar de que al inicio Jess trata de salvar a su grupo, falla constantemente sin importar lo que va modificando en la forma de interactuar con ellos, por lo que, al final, cada vez más desesperada por salir de la nave y regresar con su hijo, Jess parece ir ”olvidando” poco a poco el porqué de lo que hace, solo repitiendo para sí misma que esa es la única manera que tiene para volver, convirtiéndose de apoco y sin darse cuenta, en la Jess del overol que termina peleando con la nueva Jess que llega y finalizando al ser arrojada por la borda, no sin antes advertirse a sí misma que debe matar a todos para volver, y esta vez agrega —“es la única forma de salvar a nuestro hijo”—. ¿Qué es lo que implica este “nuevo” factor? ¿Acaso Jess está recordando lo que realmente ha olvidado? ¿Se trata de algo anterior al viaje y del abordaje al “Eolo”?
Las respuestas empiezan a aparecer justo hacia el final de la película, cuando Jess se convierte en la Jess asesina que es tirada por la borda. Descubrimos entonces que Jess es arrastrada por el mar hacia la playa y despierta recostada sobre la arena, con los ojos abiertos y viendo pequeños cangrejos pasar frente a ella, pero ¿no es acaso esta la escena que aparece durante su pesadilla al inicio de la cinta después de abordar el “Triangle”? ¿Se trató realmente de un sueño? ¿Es acaso en realidad la remembranza de una vivencia olvidada? ¿Por qué la olvidó en dado caso?
Vemos entonces a Jess regresar a su casa, es el mismo sábado en que partió y desde el exterior de su casa observa una serie de hechos que completan la secuencia inicial de la película, revelando por primera vez una realidad que ella, al parecer, había “olvidado”. Después de que Tommy derrama agua con pintura al ver a la recién llegada Jess por la ventana, la versión más joven de Jess lo golpea e insulta, y mientras se encuentra limpiando verbaliza lo que pareciera un deseo inconscientemente reprimido hasta ese momento. Ella dice —“¡sólo pido un día libre, sólo uno! …no sé por qué no puedes pintar como los niños normales”—. Es aquí entonces que Jess se nos revela como realmente es: una madre que reacciona de forma violenta, que golpea a su hijo cuando se siente frustrada y que no entiende por qué su hijo es como es. Inferimos aquí que, seguramente, todo esto la hace sentir angustiada y asustada por no saber cómo lidiar con el autismo de su hijo, además de sentirse cansada por el tipo de cuidados que debe proveerle (recordemos que al inicio de la cinta ella dice que Tommy es “su mundo” de una manera aparentemente no grata, haciendo alusión a que sólo la tiene a ella y, por tanto, ella es todo lo que tiene su hijo, cosa que al final debe ser sentido como una verdadera carga para ella).
Es justo esta abrumadora realidad la que Jess había olvidado y ante la cual, al parecer, fue justo su tiempo durante el bucle en el “Eolo” el que le ayudo a desarrollar un “sentimiento de culpa”, haciendo que, “actuara” de distintas formas pero que, al final, llegara siempre al mismo y aterrador final sin entender cómo poder cambiar lo que sucedía tanto en el barco como en casa. Ésta es la primera manifestación del verdadero castigo de Sísifo que Jess repite: una existencia sin sentido, que no le permite avanzar y se repite una y otra vez consecutivamente.
Pero no sólo fue esto lo que estuvo condenada a repetir, sino que, al haber querido “olvidar” cómo se comportaba con su hijo y lo maltrataba, termina asesinando a su versión más joven en un arranque de ira contra sí misma, situación que atestigua Tommy y que lo lleva a tener una crisis. La versión en turno de Jess intenta calmar a su hijo diciéndole que todo ha sido una “pesadilla” (haciendo alusión nuevamente al sueño como medio para explicar y desalojar algo terrible sin aceptar y sin hacerse responsable conscientemente tanto de lo que ha ocurrido, como de los motivos que la llevaron a actuar compulsivamente ante ello). Al final, vemos como las “lagunas” que se nos muestran al inicio de la cinta se van llenando con los actos realizados por la protagonista, mismos que al final, hacen que salga de casa llevando el cuerpo sin vida de su versión más joven dentro de una bolsa negra en la cajuela y con el pequeño Tommy atravesando por una crisis al haber presenciado tal brutalidad.
Y he aquí el último giro que nos presenta la trama para amarrar todos los hechos y que pueda repetirse el bucle inicial hasta el infinito. Mientras Jess va manejando, intenta convencer a su hijo de que ella es ahora la “mamá buena” y que todo será diferente de ahora en adelante: le dice que no lo maltratará aun y cuándo él se porte “mal”. Le dice que está convencida de lo anterior porque se ha deshecho de la “mamá mala” y que ella nunca será esa que mató. Pero por supuesto, al no estar basado esto bajo trabajo de elaboración consciente (mediante el cual ella pudiera reconocer y verbalizar su propia angustia y con ella, los deseos inconscientes que de la misma podrían desprenderse), es que sólo está desplazando ese “no reconocimiento”, convirtiéndose en el inicio del nuevo circuito. Es entonces que el final de la película se convierte en el verdadero inicio del terrible “castigo” que Jess está condenada a repetir, de eso que intenta “olvidar” y que regresará, como en el pasado, en la reproducción de un acto.
Mientras va diciéndole todo esto a Tommy, una gaviota se estrella contra su auto, dejando sangre en el parabrisas y haciendo que Tommy reaccione violentamente y queriendo que su mamá quite la mancha del carro. Es justamente la angustia de Tommy la que nuevamente “dispara” la angustia de Jess, haciendo que empiece nuevamente a gritarle a su hijo y a no poder contenerse. Al frenarse para ver qué es lo que ha sucedido, le dice a Tommy que no se baje del auto y que ella enterrará a la gaviota muerta, pero en ese momento, cuando tira el cuerpo del animal hacia la bahía, se da cuenta de que la misma está llena de decenas de cuerpos de gaviotas. Tarda sólo unos segundos en empezar a comprender lo que está sucediendo y al tratar de “huir” de ello, en vez de poderlo confrontar (y con ello, poder sostenerlo para buscar alguna solución), es que deja de mirar el camino y sufre un terrible accidente, en el cual muere su hijo. Es entonces que se nos muestra un paneo del lugar del accidente: en él, aparecen los cuerpos sin vida de la versión anterior de Jess y el de Tommy; pero también aparece otra Jess sin ningún rasguño ni rastro del incidente y, detrás de ella, aparece por primera vez un “taxista”, que en este caso y de acuerdo con la temática de la trama, se deduce que simboliza a la muerte. Le pregunta si ella está bien y después de una breve pausa añade —“Es inútil que traten de salvar al niño. Nadie puede hacer que regrese”— y he aquí el inicio del bucle interminable: Jess pidiéndole que la lleve al puerto. Acto seguido se ve a Jess durmiendo nuevamente, ahora en el taxi (posiblemente como el medio inconsciente para olvidar lo vivido). Al momento de que el “taxista” la despierta llegando al puerto, éste le dice que dejará el taxímetro corriendo y le pregunta si regresará, a lo que ella contesta —“si, se lo prometo”, convirtiéndola aquí en la versión actualizada de Sísifo, que intenta engañar a la muerte y que activa su eterna tortura al quedar fijada para revivir la terrible experiencia una y otra vez intentando lograr lo imposible: salvar a Tommy de sí misma.
“Hasta que lo inconsciente no se haga consciente,
éste seguirá dirigiendo tu vida,
y tú lo llamarás destino”
C.G. Jung
Ficha técnica
Título original:
Triangle
Año:
2009
País:
Australia – Reino Unido
Dirección:
Christopher Smith
Reparto:
Melissa George, Liam Hemsworth, Rachel Carpani, Emma Lung, Michael Dorman y Henry Dixon
Género:
Drama, terror, intriga.