Colaboración Eliffantt & Psique y Cultura A.C. – Uso de pantallas en niños

Muchos padres utilizan las pantallas como medios de entretenimiento y distracción para sus hijos, mientras ellos resuelven los asuntos de la vida cotidiana.
Las pantallas mantienen cautivos a los niños, como casi ninguna otra actividad lo hace, permitiendo a los padres tener un poco de tiempo para sus cosas, por lo que en ocasiones se puede llegar a rebasar el tiempo frente a una pantalla y esto trae consecuencias.
Los científicos que estudian el cerebro no conocen aún del todo las consecuencias de estar tanto tiempo frente a una pantalla, lo que sí saben es que es fundamental que los padres entiendan lo importante que es enseñar y realizar actividades sin pantallas, solo de este modo los niños desarrollarán habilidades cognitivas que le servirán para tener una vida más saludable y satisfactoria.
La neurocientífica Patricia Kuhl ha hecho experimentos con alrededor de 4000 bebés por año y lo que ha descubierto es que los bebés menores de un año no aprenden de una pantalla (aun cuando se les enseñen vídeos entretenidos, la diferencia en el aprendizaje es extraordinaria), sino a través de la interacción social con otros seres humanos.
Es por eso que la Organización Mundial de la Salud no recomiendan los de pantallas en menores de dos años y no más de una hora de pantalla entre los 2 y 4 años de edad, ya que es en estas etapas de la vida cuando los niños aprenden, desarrollan la creatividad y la imaginación (fundamental para poder resolver problemas en la vida futura), aprenden a autocontrolarse, etc.
Para que los niños sean éxitosos en la vida necesitan aprender a concentrarse y enfocarse, estas habilidades empiezan a desarrollarse durante los primeros años de vida cuando sus cerebros son más sensibles al entorno que los rodea. Para que un cerebro crezca y se desarrolle necesita estímulos externos, y más importante tiempo para procesar esos estímulos.
Los niños pequeños necesitan dosis de aburrimiento, esto los enseña a tolerar la frustración y controlar sus impulsos. Cuando las pantallas estimulan constantemente a los niños pequeños, se olvidan de cómo depender de sí mismos o de los demás para entretenerse. Esto conduce a la frustración y dificulta la imaginación y la motivación. La exposición a las pantallas reduce la capacidad de los bebés para leer las emociones humanas y controlar su frustración.
Las investigaciones han demostrado que el tiempo frente a una pantalla inhibe la capacidad de los niños pequeños para leer caras y aprender habilidades sociales, dos factores clave necesarios para desarrollar la empatía. Las interacciones cara a cara son la única forma en que los niños pequeños aprenden a comprender las señales no verbales e interpretarlas.
Si usas pantallas, evita hacerlo frente a niños pequeños (recuerda que aprenden lo que ven de los adultos), controla la calidad de lo que ven y haz parte de lo que están viendo. No los pongas frente a una pantalla para distraerlos o silenciarlos, recuerda que limitar su tiempo en pantallas marcará una diferencia en sus vidas.

Colaboración Eliffantt & Psique y Cultura A.C.
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